Antigua Grecia y Antigua Roma, legados literarios para la posteridad


Dos imperios que marcaron a Europa… y a todo el mundo conocido

Aproximadamente en el siglo XII a.C. comenzaba a desarrollarse en el sur de Europa una civilización que, englobada y conocida de forma genérica como Antigua Grecia, iba a ser referencia del continente –y por momentos, del mundo-, durante los once siglos siguientes. Unos siglos después, allá por el siglo VIII a.C., otra civilización con centro neurálgico en Roma comenzaba a dar los primeros pasos para tomar el testigo precisamente de Grecia en la cabeza del desarrollo y el dominio de Europa y del mundo conocido en ese momento, situación que iba a alargar hasta aproximadamente el siglo V d.C por más que el centro de poder se desplazase de Roma a Constantinopla.

Si bien es cierto que la importante presencia que las etapas de esplendor de esos dos imperios tienen en el imaginario mundial se debe en gran parte a una mejor conservación de documentación escrita, así como a cierta visión eurocentrista, y que en otros continentes también se desarrollaron civilizaciones meritorias, no es menos cierto que la Antigua Grecia y la Antigua Roma revisten especial importancia porque en su seno nacieron y se implantaron gran parte de los valores, creencias y tradiciones que en Occidente (y por tanto, prácticamente en el mundo entero dada la difusión de los estándares de vida occidentales) han regido hasta nuestros días. Por ello, merece la pena hacer un breve repaso de las culturas, aunque sobre todo de las literaturas, que en ambos imperios tuvieron lugar.

Antigua Grecia, ampliación y sofisticación de los géneros literarios y utilización con un fin educativo

Son numerosas las aportaciones culturales que la civilización occidental posterior a sus días le debe al período de la Antigua Grecia. La democracia, los ideales del individualismo y la libertad, la disciplina que hoy conocemos como Filosofía, el concepto de polis que después evolucionó al de ciudad moderna o las olimpiadas son solo algunas de ellas.

En lo literario, merece la pena destacar no solo que en la Antigua Grecia proliferaron los géneros literarios –sin duda, hubo una mayor variedad que en civilizaciones anteriores como las de Mesopotamia o Egipto-, sino también que estos ganaron en complejidad y que incluso se preconfiguraron los géneros literarios que han regido la literatura de los siglos posteriores, hasta nuestros días, ya que fue en Grecia donde se forjaron la poesía, (tanto épica como lírica), el teatro –también con sus principales variantes, como el drama o la comedia-, la crónica histórica o el tratado filosófico. En otros géneros, como en la epopeya, tal vez los griegos no innovaron tanto, pero sin duda consiguieron elevarla a una categoría superior, además de dejar para la posteridad títulos eternos y universales dentro de él como “La Iliada” y “La Odisea”. Algunos otros rasgos interesantes de la literatura de la Antigua Grecia eran el hecho de que la literatura comenzó a utilizarse con fines educativos además de como mero entretenimiento, el protagonismo que tenían los dioses que componían su panteón mitológico y la presencia del concepto de la catarsis, que consistía en la purga de las pasiones humanas mediante el sufrimiento de las emociones a través de la ficción. Homero, Hesíodo, Eurípides, Esquilo, Aristófanes, Heródoto, Platón o Aristóteles fueron solo algunos de los muchas figuras literarias brillantes que se desarrollaron en el seno de la civilización.

Antigua Roma, continuación de lo heredado de los griegos, aunque con evoluciones y con un giro hacia lo político

También abundan los ejemplos de ideas, instituciones y conceptos que los romanos legaron para la posteridad, y entre ellos podemos mencionar, aunque solo sea a modo de ejemplo, la base de lo que ha sido el derecho posterior en Occidente, instituciones que se han encargado de regir la vida política como el Senado y la Asamblea y numerosos desarrollos de ingeniería que han sido claves para el posterior desarrollo de la arquitectura y el urbanismo.

En lo que concierne a la literatura, conviene en primer lugar destacar la enorme influencia que lo griego tuvo en lo romano, por lo que también en literatura de alguna manera el punto de partida fue aquél en el que se había quedado la literatura de la Antigua Grecia. Algunos de los géneros literarios incluso fueron tomados directamente, aunque el paso del tiempo iba a originar los lógicos cambios en el estilo, siendo ejemplos el giro hacia lo cómico y hacia lo improvisado que se produjo en el teatro o el desarrollo adicional que experimentó la prosa (en cualquier caso, algunos de los géneros, como la poesía, cambiaron menos, y otros como la crónica histórica se tuvieron que seguir ciñendo a la misma idea por motivos prácticos). También cambió el fin con el que se utilizaba la literatura, ya que por primera vez el estado pasaba a utilizar la literatura con el propósito de influir en la opinión del pueblo y la literatura servía para crear diferencias sociales (solo accedían a ella los letrados), y los temas tratados siguieron la lógica evolución de lo que tenía vigencia (por ejemplo, aspectos jurídicos o relacionados con el Cristianismo, tuvieron mucha mayor presencia en la literatura romana). Algunos de los principales nombres de las letras romanas fueron Horacio, Virgilio, Ovidio, Séneca, Plinio el Joven o Suetonio.



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