La literatura de Groenlandia


País: 
Groenlandia

La literatura de Groenlandia

Toda la parte más septentrional de la Tierra excepto Escandinavia –es decir, el norte de Canadá, Alaska, Groenlandia y Siberia- está poblada mayoritariamente desde hace varios siglos por la comunidad inuit (frecuentemente denominada esquimal, aunque esta palabra –eskimo- es un término despectivo para ellos), una denominación amplia para lo que luego termina siendo un mosaico de etnias y culturas diferenciadas, aunque con muchos elementos culturales y lingüísticos en común. En Groenlandia los antepasados de los inuit, miembros de la conocida como cultura Thule, se asentaron hacia el siglo XII para convivir con los miembros de la cultura Dorset y con los nórdicos, pueblos ambos que terminaron abandonando la isla. Los inuit se caracterizan por su rica cultura de arte, canto, danza, mitos y leyendas, conformando sobre todo estos dos últimos componentes lo que ha sido su literatura oral, principalmente transmitida por chamanes (se supone que consiguen los conocimientos mediante trances y sueños, y que el resto de los mortales solo los experimentan a través de ellos o cuando fallecen). Las finalidades generales de esa literatura han sido las de darle sentido a una vida que ha de desarrollarse en un entorno extremadamente hostil, la de mantener las tradiciones propias de la comunidad, y la de transmitir el conocimiento de lo que consideran que es el bien y el mal.

Algunas de las leyendas más conocidas de esa literatura oral son la del origen del mundo (que se creó cuando sobre una vasta inmensidad de agua comenzaron a caer rocas del cielo que terminaron siendo las porciones de tierra), la de Kaila (que explica el origen del hombre, que junto a todos los seres vivos fue pescado de un agujero en el hielo por una mujer que le había pedido al espíritu que da nombre a la leyenda poder hacerlo), la de Sedna (recibe el nombre del espíritu del mar, y explica la abundancia de animales marinos, de los que ese espíritu es guardiana), la de Lumiuk (es protagonista un niño ciego objeto de maltratos y vejaciones, de las que se libra al refugiarse en el mar, donde además recupera la vista), o la de Tikta Liktak (que habla de las peripecias que un cazador que se perdió en un témpano de hielo tuvo que acometer para regresar a casa). Junto a los espíritus mencionados en algunas de estas leyendas -que cumplen la función de los dioses de otras culturas-, hay otros muchos espíritus menores  que son relacionados con distintos elementos y fenómenos de la naturaleza. Otras leyendas hablan sobre los animales –que para los inuit poseen un alma-, sobre las montañas –originadas tras una lucha entre dos seres mitológicos gigantes-, sobre la existencia del sol y de la luna –que, se, dice, representan a dos hermanos atados por un amor imposible-, sobre un monstruo que rapta y esconde a los niños, o sobre la muerte –que provoca que el alma del fallecido se incorpore al cuerpo de otro ser recién nacido en la misma familia-. Aparte de esta literatura de transmisión popular, destaca la figura de los conocidos como poetas del Ártico, autores de una serie de cantos que servían para solucionar los conflictos que surgían en el seno de la comunidad (dos oponentes, las dos partes del conflicto, se enfrentaban en una especie de concurso de canto en el que cada uno trataba de dejar mal al otro y de demostrar su culpabilidad, ganando el que demostraba tener un mayor ingenio, imaginación y elocuencia para hacer valer su posición sobre el oponente, pudiendo llegar a veces incluso a ridiculizarlo).

Más allá de esa literatura tradicional, y ya en tiempos más modernos, sobresale por encima de las demás la figura de Knud Rasmussen un escritor nacido en Groenlandia   –aunque de padre danés- que además de escritor fue explorador y antropólogo, y que contribuyó como pocos al conocimiento mundial sobre los pueblos inuit de todo el Ártico (su principal obra fue “De la Groenlandia al Pacífico”, un compendio de lo mejor de las distintas expediciones que hizo). También merece la pena destacar los nombres de Hans Hendrik (escritor inuk –esta palabra es el singular de inuit-, que también plasmó sus vivencias en diversas expediciones en las que trabajó al cargo de promotores europeos o norteamericanos), Signe Rink (escritora y etnógrafa dano-groenlandesa), Henrik Lund (poeta también inuk, autor de la letra del himno nacional groenlandés), Naja Marie Aidt (escritora dano-groenlandesa autora de novelas, relatos cortos y poemas y ganadora de diversos premios), Hans Lynge (escritor centrado en la difusión de la cultura local) y Mads Peder Nordbo (autor contemporáneo de novela negra ambientada en el glacial Ártico).

La literatura sobre Groenlandia

Los primeros testimonios que se tienen sobre viajeros a Groenlandia son las sagas de los vikingos, ya que con anterioridad el francés Piteas había viajado muy hacia el norte, llegando a una tierra lejana y desconocida que él denominó Thule y que no se ha podido identificar, pero hay cierto consenso en cuanto a que probablemente pudo tratarse de algún territorio de Dinamarca o como mucho de Noruega. Dentro de las sagas vikingas, la más relevante es la de Erik el Rojo, que habla sobre su paso por Groenlandia en su camino a un lugar de Norteamérica que bautizó como Vinland, aunque también merece la pena destacar la de su hija Freydis.

Habría que esperar hasta finales del siglo XIX para encontrar los siguientes escritos relevantes sobre la isla, que llegaron con la figura del noruego Fridtjof Nansen y su “La travesía de Groenlandia” y las aportaciones de Robert y Josephine Peary, quienes dejaron diversos testimonios de sus expediciones por Groenlandia y otros lugares del Ártico. En la época contemporánea destacan “Los poetas del Ártico” (del antropólogo español Francesc Bailón Trueba), “Más allá de Qeqertarsuaq. Un polizón en Groenlandia” (de Joaquín Muñoz Baroja) y el cómic “Groenlandia-Manhattan” (que cuenta la historia de cinco esquimales que fueron llevados por Robert Peary a Nueva York como si fueran animales o trofeos). También destacan las novelas ambientadas en Groenlandia del escritor dano-noruego Kim Leine.

Lecturas propuestas

De la Groenlandia al Pacífico (Knud Rasmussen)

En este libro del que seguramente es el escritor más célebre de nacionalidad groenlandesa, se cuentan los pormenores de la expedición que tuvo como objetivo recorrer los territorios habitados por los inuit. Además, haciendo gala de su condición de antropólogo, Rasmussen vuelca en el libro el resultado de todo el estudio que hizo en el viaje acerca de las costumbres, las tradiciones, los mitos y las creencias del pueblo inuit. Y adicionalmente, transmite cuanto puede del inigualable medio natural que es el Ártico, así como de los detalles de la organización y el desarrollo de la complicada expedición. El texto va, además, acompañado de fotografías de valor incalculable tomadas durante el viaje.

Tunu (Kim Leine)

El escritor dano-noruego Kim Leine ofrece un libro de ficción que narra las peripecias de un enfermero danés destinado a un pequeño pueblo de la costa este de Groenlandia, junto al norte, la parte menos poblada y desarrollada de la isla (no se desvela el nombre de la aldea, aunque se entiende que podría ser cualquiera de las que se encuentran en esa zona). El libro cuenta con un elevado número de personajes, y los distintos capítulos son contados desde la perspectiva de muchos de ellos. Del impactante choque cultural inicial, se irá pasando progresivamente a una situación en la que el protagonista va teniendo una interacción, relación y comprensión cada vez mayor con la población local.

Los poetas del Ártico (Francesc Bailón Trueba)

Es un libro de uno de los mayores conocedores de Groenlandia en España, en el que el autor cuenta su trayectoria desde los inicios, cuando comenzaron a llamarle la atención el Ártico en general y Groenlandia en particular. Según va entrando en materia, va contando más sobre su primera gran expedición, que le iba a llevar hasta el lejano Qanaaq, en el norte de la isla (donde hará un periplo de varios días de duración en trineo), y a lo largo de la cual iba a obtener un valioso conocimiento de la cultura inuit, de algunas de sus principales tradiciones, de su modo de vida, y de la afable forma de ser que tienen. El libro también va ofreciendo, de forma intercalada, información sobre la historia, la sociedad y la demografía del país.

El africano de Groenlandia (Teté-Michel Kpomassie)

En este insólito libro de viajes, un africano –togolés para más señas- consigue, no sin emplear en la empresa mucho tiempo, dinero y esfuerzo, viajar a Groenlandia, que se había convertido en el indiscutible sueño de su vida después de que vio unas fotografías del Ártico en un libro. De las selvas africanas a los témpanos de hielo previo paso por varias ciudades africanas y europeas en las que el autor y protagonista pudo conseguir los medios para el viaje. Poco menos que como un extraterrestre es como vieron los inuit al africano a su llegada, aunque tras ese impacto inicial, difícilmente podría el protagonista haber llegado a un nivel de integración mayor con la población local.

Nansen, maestro de la exploración polar (Javier Cacho)

En este libro de otro de los grandes conocedores españoles de los polos, el autor se centra en la biografía del noruego Fridtjof Nansen, gran figura de la exploración polar, que también tuvo un notable bagaje en otros ámbitos, como el científico, el diplomático o incluso el humanitario. El libro repasa la biografía de Nansen, pero, y en lo que en este artículo nos ocupa, uno de los pasajes más emocionantes es aquel en el que, un aun joven Nansen, acomete la que va a ser la primera de sus hazañas: cruzar de oeste a este la enorme isla que es Groenlandia. Por supuesto, fue la primera vez que se hizo algo similar, y la narración de la preparación y del desarrollo de la expedición es una de las fases más emocionantes del libro.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Groenlandia es una enorme isla –la mayor del mundo si no se cuenta a Australia, que generalmente es considerado continente y no isla- situada en la parte más septentrional del planeta, lo que hace que las condiciones de habitabilidad sean muy difíciles en la mayor parte del territorio (en torno al 80% está cubierto por una capa de hielo permanente). El estatus  de Groenlandia es el de territorio autónomo de Dinamarca –antes fue su colonia- aunque se trata de uno de los territorios que goza de una mayor autonomía en el mundo.

La isla está habitada desde el III milenio a.C. por pueblos paleoesquimales, cuyas culturas se fueron sucediendo a lo largo de los siglos antes de que, en el siglo X, su costa fuera colonizada por los vikingos, y de que en el siglo XIII aceptasen la soberanía de la Unión Kalmar (la unión de los reinos de Dinamarca, Suecia y Noruega) sobre el territorio. En el siglo XVIII llegaron pobladores daneses, que se asentaron, fundaron algunas ciudades (incluida la actual capital, Nuuk) y terminaron por hacer de la isla una colonia, un status que cambiaría en 1953 -cuando pasó a ser provincia de Dinamarca-, en1979 -ya con gobierno autónomo- y en 2009 -con autogobierno y camino abierto a la independencia-.

El 85% de la población es inuit o mestiza –mezcla con daneses en casi todos los casos-, y aunque el colonialismo y la vida moderna han hecho que hayan perdido buena parte de sus tradiciones, aún conservan otra buena parte de ellas, principalmente porque muchas son idóneas para vivir –incluso para sobrevivir- en el complicado medio en el que viven, el Ártico. La principal religión del país es el cristianismo protestante.



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