La literatura de Guinea Ecuatorial


País: 
Guinea Ecuatorial

La literatura de Guinea Ecuatorial

Como suele suceder en la mayoría de los países africanos, la diversidad étnica de Guinea Ecuatorial es notable, y en ese sentido se haría complicado evaluar las primeras formas de literatura oral que practicaban todas las comunidades que habitaban en el hoy territorio del país, por lo que se optará de dejar constancia de las consideradas más relevantes, la de los fang y las de los bubi (ambos pueblos representan en torno al 72% y al 15% de la población del país respectivamente).

En lo que se refiere a la literatura oral fang, merece la pena destacar que se materializaba en cuentos que compartían ciertos rasgos indiscutibles como el hecho de que con frecuencia los protagonizaban animales (leopardos, tortugas, antílopes, monos o gallos son solo algunos de los personajes que se encontraban con frecuencia), la presencia de ciertos personajes -en este caso humanos- que estaban fuertemente estereotipados y que participaban en muchas de las historias (son ejemplos los personajes de Beme y su mujer Obula, que solían ejercer de marido travieso y de mujer autoritaria), la frecuente aparición de elementos propios de la brujería y de objetos considerados mágicos, la presencia de la sexualidad y la búsqueda de alimentos como temas recurrentes y centrales, y el acompañamiento de las historias con instrumentos musicales (entre los que destacaba el mvet) y con rituales. Por su parte, la literatura oral bubi, que comparte varios de los rasgos señalados, se caracterizaba por darle mayor importancia y presencia por un lado a mitos concretos (como el de la creación del hombre) y por otro a los ritos que son característicos de la comunidad (entre ellos destacan el conocido como rito de paso -o transición entre la niñez y el estado adulto- o aquél con el que acompañaban a la muerte). En cualquier caso, y por supuesto, ambas tradiciones orales cuentan con elementos en común, también compartidos con las tradiciones de otros países y regiones, como pueden ser la enorme variabilidad de las historias (ya que dependen de la memoria de quienes las transmiten) o la frecuente reproducción por parte de los ancianos de la comunidad generalmente en un espacio concreto (que, por ejemplo, en el caso de los fang se conoce como Casa de la Palabra).

Con la llegada de los españoles, apareció una literatura colonial que se diferencia de otras literaturas coloniales africanas sobre todo por ser mucho más tardía, ya que no surgió hasta el siglo XX debido a que la colonia se creó a finales del XIX. A principios del siglo XX se escribió un tipo de novela cuyos protagonistas eran blancos que tenían una visión paternalista de los guineanos y que pretendían justificar la ocupación. Junto a la novela, convivieron otros géneros como la literatura misional, de temática religiosa. Hacia mediados del siglo XX, sin embargo, comienzan a recogerse cuentos y fábulas locales con el objetivo de conocer mejor a la población nativa, apareciendo ya autores guineanos como Esteban Bualo, Andrés Ikuga Ebombebombe o Constantino Ocha’a. También de mediados de siglo data la que es considerada la primera novela ecuatoguineana, “Cuando los combes luchaban”, de Leoncio Evita Enoy, aunque aún se dejaba llevar por los intereses que perseguían los españoles (la corriente a la que pertenece se ha dado en llamar literatura de consentimiento, precisamente porque rechaza la propia identidad guineana y se alinea a favor de la “acción civilizadora” española). Algunos autores que destacaron en las siguientes décadas fueron Daniel Jones Mathama (que escribió la segunda novela del país), Marcelo Asistencia Ndongo Mba o Rafael María Nzé. Merece la pena destacar que, a diferencia de lo que ocurrió en otros países, durante el período colonial no apareció una literatura que se alzase contra la situación establecida.

Tras la independencia del país, y con las lógicas dificultades que siempre conlleva un régimen dictatorial, han destacado autores como Juan Balboa Boneke (poeta que trató de expresar el sufrimiento del pueblo guineano), Donato Ndongo-Bidyogo (que se ha prodigado en varios géneros y es autor de una antología de literatura guineana tanto de prosa como de verso), Justo Bolekia (uno de los mayores exponentes de la poesía en lengua bubi), María Nsue Angüe (primera mujer ecuatoguineana en publicar una novela y autora de una obra que precisamente versó sobre la opresión de las mujeres), Emiliano Buale Boriko (autor de varias obras que pretendieron profundizar en la situación de encrucijada en la que el país se encontraba), Raquel Ilonbé (quien ha recopilado numerosos cuentos y leyendas tradicionales fang, bubi y ndowe), Ciriaco Bokesa (poeta que también trató de recoger el sufrimiento y que hizo reflexiones personales sobre la poesía), Juan Tomás Ávila Laurel (considerado un referente en la literatura post-colonial y cuya obra se ha estudiado en el extranjero) y Trifonia Melibea Obono (que ha tratado la cuestión del género en África).

La literatura sobre Guinea Ecuatorial

Existen dudas acerca de si el viajero de la Antigüedad Hannón el Cartaginés pudo referirse a Guinea Ecuatorial en algunos de sus testimonios, debido a lo confuso de sus referencias. Por lo demás, al igual que en el caso de otros países de África Occidental, los primeros extranjeros en pasar por la zona, y en dejarlo patente a través de sus testimonios fueron los portugueses que trataban de llegar hasta el extremo meridional de África para seguir viaje hasta Asia, y más concretamente se puede aludir a los cronistas de las expediciones de los exploradores Fernão do Pó y Fernão Gomes y a Gomes Eanes de Zurara. Posteriormente serían los relatos de viajes, memorias, crónicas e informes de los españoles los que tomarían el testigo (en esa corriente, uno de los nombres que se pueden destacar es el de José de Morós, a mediados del siglo XIX).

A finales de ese mismo siglo, la británica Mary Kingsley dejó testimonios de sus andanzas en África Ecuatorial en su “Cautiva de África”, mientras que el español Manuel Iradier y el británico Richard F. Burton también dejaron sus impresiones sobre el país en sus escritos (también de esa época es “En el país de los bubis”, de José Mas, y ). Aún más recientes son las aportaciones de Luis Melgar (“Los blancos estáis locos. Un diplomático español en Guinea Ecuatorial”) o de Amelia Pedreño (“De Cieza a Fernando Poo. Guinea fue provincia española”), y por supuesto, varios autores españoles han ambientado novelas en el país africano (Javier Reverte o Luz Gabás son solo dos ejemplos).

Lecturas propuestas

Ekomo (María Nsue Angüe)

Se trata de una novela ambientada en una pequeña aldea ecuatoguineana en la que los personajes principales son una mujer -que cuenta la historia en primera persona- y su marido, Ekomo. Sobre la aldea comienzan a cernirse hechos insólitos y desgracias varias a los que los lugareños tratan de buscar una explicación, aunque sin demasiado éxito. Uno de los problemas que afectan a los protagonistas, las dolencias en una pierna de Ekomo tras su regreso de la ciudad, no evoluciona precisamente a mejor, lo que lleva a ambos a tomar la decisión de emprender un -doble- viaje que les va a llevar a conocer situaciones y aspectos de la vida por ellos desconocidos hasta ese momento. Acompañando a lo literario, la autora le deja al lector una buena fotografía costumbrista de la forma de vida en el país africano.

La bastarda (Trifonia Melibea Obono)

Es una novela breve que cuenta la historia de una niña cuya madre murió cuando ella era muy pequeña, y cuyo padre ha permanecido en el anonimato. Esa situación, completamente contraria al ideal que marca y dicta la tradición fang, va a ser una losa con la que la chica va a tener que vivir toda su vida, aunque desde un primer momento al lector le queda claro que la protagonista va a hacer lo posible por cumplir sus objetivos, sus ambiciones y sus sueños. Y lo hará desafiando a quien se ponga por delante, por más influencia que esas personas se supone que deban ejercer sobre ella. De nuevo se trata de un valioso documento costumbrista con el que el lector puede hacerse una idea de las tradiciones, las creencias y los modos de vida locales.

La canción de Mbama (Javier Reverte)

Es esta una novela que cuenta la historia de un médico español que es destinado a Guinea, y que comienza en el país una nueva vida en la que pretende cumplir sus sueños y aspiraciones, entre las que se encuentran llegar a ser Nobel de la Paz. Su vida en el continente africano, más concretamente en la ciudad de Cogo (situada en el estuario del río Muni) va transcurriendo entre el ejercicio de su labor y su relación con una mujer guineana, aunque no todo va a salir como esperaba y no tardan en aparecer los problemas, en forma de viejos deseos de venganza traídos al presente por un viejo enemigo que va a tratar de hacerle la vida imposible mientras permanezca en la antigua colonia española.

Cautiva de África (Mary Kingsley)

Es un libro del género de la literatura de viajes, que cuenta las peripecias de la autora en su viaje por África Occidental a finales del siglo XIX. Uno de los países actuales en los que más tiempo emplea es Guinea Ecuatorial, donde da rienda suelta a su pasión por África y se libera en una desenfrenada carrera en la que atraviesa bosques, cruza pantanos, sortea rápidos mientras navega por el río (en su conjunto, acometiendo una meritoria y compleja proeza deportiva), y sobre todo, va conociendo las maravillas que el continente y el país le regalan al visitante, tanto por lo espectacular de su naturaleza como por lo abierto y espontáneo de sus moradores. Tal vez se trate de una de las personas que más han llegado a amar África.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Guinea Ecuatorial es un país de pequeño tamaño situado en el Occidente del continente africano. Cuenta con una parte del territorio en África Continental (en concreto es la región conocida como del Río Muni) y con islas como Bioko (antigua Fernando Poo), Annobón y las islas de la Bahía de Corisco. El clima de todo el país es ecuatorial, lo que supone que la mitad del territorio esté cubierto por bosque tropical virgen que destaca por su elevada biodiversidad. El pequeño tamaño que el país tiene le ha impedido sobresalir en la región, aunque el descubrimiento de petróleo ha elevado su importancia geoestratégica.

La llegada de los europeos, primero de los portugueses y después de los españoles (aunque por allí también merodeaban británicos o neerlandeses, entre otros, algunos de los cuales también ostentaron el dominio en algunos períodos), iba a poner al hoy territorio guineano en el mapa del comercio y del tráfico de mercancías varias -también de esclavos-, antes de que en 1926 se estableciera la colonia de la Guinea Española (después, Fernando Poo y Annobón pasaron a ser dos provincias más). La independencia se consiguió en 1968, momento a partir del cual el país ha encadenado dos largas dictaduras que seguramente no le han dejado desarrollarse tanto como habría sido posible de otra forma.

Los fang constituyen la etnia con mayor presencia en el país, rozando las tres cuartas partes de la población, mientras que del resto de etnias destacan, por este orden, los bubi, los fernandinos, los annoboneses, los bisió y los ndowé (aunque se cuentan muchas más). Como no podía ser de otra forma, tan abundantes como las etnias son las lenguas que en el país se hablan. En lo que respecta a la religión, el Catolicismo y el Animismo se encuentran presentes en el país, no siendo con frecuencia sencillo separar los elementos de ambos sistemas de creencias y hallándose estos fuertemente intrincados.



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