La literatura de Indonesia


País: 
Indonesia

La literatura de Indonesia

Las características geográficas del país determinaron la enorme fragmentación que las formas literarias antiguas tuvieron, ya que la insularidad provocó una gran variedad de tipos de literatura oral, como consecuencia de la diferenciación que había entre los distintos pueblos que se asentaban en cada una de las regiones o islas. La literatura de la isla de Java, una de las principales del país, es tal vez la más reconocible, y se caracteriza por la influencia del hinduismo, con diversos mitos –como los de la creación-, fábulas didácticas y textos épicos extraídos del Mahabharata, uno de los libros principales de la religión hindú. Uno de los mitos más conocidos de esa literatura javanesa previa a la llegada del Islam y de la influencia europea es el de Calon Arang, que data de la época del Reino Majapahit y que habla de una mujer que fue capaz de crear una enfermedad que provocó devastación en toda la población con el fin de defender a su hija, y que fue un ejemplo de adoración de la diosa Durga.

En cualquier caso, esa variedad que mencionábamos es la nota dominante, y por ilustrarla con algunos ejemplos, expondremos los casos de algunos otros mitos y leyendas que esas literaturas transmitían, con la nota común de que solían tratar sobre criaturas fantásticas creadas por las fantasías de los pobladores del país; uno es el del Ebu gogo, un mito del pueblo nage, de la Isla de Flores, que evoca la figura de una criatura humanoide similar a un mono, de estatura inferior a la de un ser humano, con rasgos grotescos, poseedora de un lenguaje propio y caracterizada por su escasa inteligencia (el mito se encuadra, en realidad, dentro de una corriente general presente en el Sudeste Asiático con la que se fantasea sobre hombres salvajes que habitan en las selvas y bosques). La leyenda de los búfalos, de los minangkabau de Sumatra, establece que esa etnia consiguió quedarse con su territorio cuando su débil y raquítico búfalo se impuso a otro mucho más grande y vigoroso –que representaba a los javaneses- a través de la astucia. La leyenda del arroz, originaria de Java, en cambio plantea la existencia de una mujer muy bella creada por los dioses que vendió su matrimonio con uno de ellos a cambio de un suministro recurrente de alimento, cuya búsqueda terminó determinando el surgimiento del arroz. El del Penanggalan, por su parte, presente en distintas islas como Borneo y Bali, es un mito que describe a un fantasma que presenta la forma de una cabeza decapitada que vuela por su cuenta y que varía su comportamiento entre el día y la noche, además de contar con poderes sobrenaturales.

En un período más moderno, en concreto en el siglo XVIII, destaca la figura del poeta cortesano Jasadipurva y la aparición del wayang o teatro de marionetas, pero no va a ser hasta el siglo XX cuando se forme la literatura indonesia tal y como la conocemos hoy en día. Hay consenso, de hecho, en que la literatura moderna del país comienza en 1920 con la publicación de novelas que trataban sobre el choque cultural entre los modelos occidental e indonesio ancestral. Destacan en esa época nombres como los de Sutan Takdir Alisjahbana (un novelista que impulsó ese surgimiento de la literatura), Amir Hamzah (poeta que escribió sobre el amor y la religión principalmente) o Armijn Pane (autor de “Belenggu”, por muchos considerada una de las novelas más relevantes del país), que lucharon por el desarrollo del país además del de su literatura (también hubo autores que escribieron en neerlandés, como es el caso de la novelista Suwarshih Djojopuspito). Posteriormente, la conocida como generación del 45 tomó el testigo, antes de dejárselo a la generación del 66. Fueron nombres destacados del primer grupo Chairil Anwar (poeta de extensa obra, gran parte de ella considerada simbolista), Mochtar Lubis (escritor muy crítico con Sukarno, padre de la independencia), Sitor Situmorang (poeta, ensayista y cuentista, además de periodista y crítico literario) o Pramoedya Ananta Toer (sin duda el autor más famoso del país, dedicado a la novela, la poesía y el ensayo), y de la segunda de esas generaciones, Ajip Rosidi (poeta y autor de cuentos con extensa obra publicada), Motinggo Boesje (destacado escritor que también se dedicó a la producción de cine) o Sabagio Sastrowardojo (poeta y novelista que ganó diversos premios). Por último, en los últimos años han destacado autores como Eka Kurniawan, Ayu Utami o Gadis Arivia.

La literatura sobre Indonesia

Uno de los primeros testimonios que alguien llegado de fuera dejó sobre Indonesia fue la crónica que en el siglo XVI Antonio Pigafetta hizo de la expedición de Magallanes y Elcano que llegaría a ser la primera en dar la vuelta al mundo y que pasó por Indonesia después de atravesar el Océano Pacífico.  Algo posterior, de principios del siglo XVII es “Conquista de las islas Molucas”, del español Bartolomé Leonardo de Argensola que sirve para comprender la importancia que, de la mano de las codiciadas especias, la región comenzaba a tener a nivel global. En los siglos XVIII y XIX, Indonesia fue un paraíso para biólogos y naturalistas debido a la amplia biodiversidad que allí encontraban, siendo el principal exponente de ellos Alfred Russell Wallace, que dejó su “Viaje al archipiélago malayo”.

De la primera parte del siglo XX es “La isla de Bali”, del etnógrafo español Miguel Covarrubias, que ilustra la cultura y la vida balinesas. Aún más recientes, de finales del XX o del XXI son las aportaciones del estadounidense Peter Mathiessen (con “Al pie de la montaña, sobre Sulawesi), del británico Norman Lewis (con “Un imperio de Oriente”), de Xabier Ares (que publicó “Selvas y montañas”, sobre su viaje por Indonesia y otros países asiáticos), del antropólogo también británico Nigel Barley (con su “No es un deporte de riesgo”, en el que estudia a los toraja), del estadounidense Tobías Scnheebaum (quien escribe sobre Java, Sumatra y Borneo, entre otros lugares, en “Hombre salvaje”), del británico Redmond O´Hanlon (autor de "En el corazón de Borneo") y de la canadiense Biruté Galdikas (que se centra en describir sus experiencias estudiando a los orangutanes).

Lecturas propuestas

Hombre tigre (Eka Kurniawan)

A través de una rocambolesca historia protagonizada por un hombre que se cree transformado en un tigre y que llega a actuar como si fuese una de esas criaturas, este autor indonesio nos transmite unas vivencias que detrás no tienen sino, por un lado, lo más oscuro y salvaje de la naturaleza humana, y por otro, los elementos más rutinarios y cotidianos de la vida de las familias indonesias humildes. Más en particular, el autor parece centrarse en los sueños frustrados de los jóvenes indonesios y en los pocos medios que tienen para conseguir salir de una situación complicada.

Al límite de la fe (V.S. Naipaul)

Se trata de un libro en el que el escritor trinitense –aunque de origen indio- acumula estancias en países en los que el Islam se vive con mucho fervor para evaluar tanto sus causas como sus efectos en las sociedades que lo tienen presente. Uno de esos lugares es Indonesia, donde Naipaul se entrevista con líderes religiosos, visita universidades, conoce las pesantren –o escuelas místicas dirigidas por sufíes- y pasea por kampungs –los barrios tradicionales de las ciudades indonesias-. En todas sus pesquisas, el autor exhibe sus inigualables rasgos de perspicacia, intuición y sagacidad.

Viaje al archipiélago malayo (Alfred Russell Wallace)

En este libro, el célebre naturalista británico narra sus experiencias estudiando la naturaleza de varias de las islas que componen Indonesia, como Borneo o Sulawesi, estudiando la vida de los orangutanes, descubriendo plantas nunca vistas por un europeo y tratando con las comunidades locales (lo que hace, por cierto, con un tono imperialista que debía ser muy difícil de evitar en su época). Muchos de los descubrimientos plasmados en este libro le llevaron a definir el concepto de la Línea de Wallace, que separa biológicamente los continentes de Asía y Oceanía con una línea que pasa entre las islas indonesias, demostrando por tanto que el país queda repartido entre ambas regiones.

Al pie de la montaña (Peter Mathiessen)

No podía faltar este libro de uno de los mejores escritores de literatura de viajes que existen, en el que el estadounidense transmite con detalle y profundidad los conocimientos que adquiere en una amplia etapa estudiando a comunidades indígenas de la parte indonesia de la isla de Nueva Guinea. Una larga convivencia con las etnias del Valle de Baliem le lleva a conocer sus costumbres, indagar en su mentalidad y comprender sus creencias, lo que cual es enormemente interesante teniendo en cuenta que se trata de varios de los pueblos que en mayor medida conservan su modo de vida primitivo y tradicional.

No es un deporte de riesgo (Nigel Barley)

Este fue el segundo libro de este amigable y atípico antropólogo, cuyo principal objetivo es transmitir la antropología a todos los interesados, y no solo a eruditos y expertos en la materia. En esta ocasión visita y estudia a la etnia toraja, natural de la isla de Sulawesi (antiguas Islas Célebes), en Indonesia. De los toraja le atrae su modo de vida en general, y sus ritos funerarios en particular, y es que ese pueblo parece estar muy familiarizado con el acontecimiento de la muerte y lo tratan de una maner especial. Barley hace uso de sus despiertos sentidos y de su afilada pluma para explicar mejor que nadie los rasgos y particularidades de otro pueblo.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Indonesia es un extenso país situado en el Sudeste Asiático, en el límite entre los continentes asiático y oceánico (su territorio, de hecho, se reparte entre ambos, al menos desde los puntos de vista geológico y biológico, como demostró Alfred Russell Wallace). Está compuesto por más de diecisiete mil islas, siendo las más grandes las de Java, Borneo, Sumatra y Nueva Guinea (esta última la comparte con otro país, Papúa Nueva Guinea). El país es atravesado por la línea del Ecuador, lo que deja un clima ecuatorial o tropical en todos los rincones de su territorio.

En los últimos tiempos se están haciendo descubrimientos arqueológicos que demuestran que Indonesia es uno de los lugares del planeta en el que hay restos más antiguos de vida humana. Los austronesios procedentes de Taiwan desplazaron a los melanesios a los archipiélagos orientales antes de que floreciesen los reinos influidos por el hinduismo conocidos como Srivijaya y Mahapahit (también llegó una relevante influencia del Islam). Aún posterior –del siglo XVI- es la colonización europea, en concreto la llevada a cabo por los portugueses, que pretendían principalmente comerciar, y de los holandeses, que tenían más la intención de asentarse, como de hecho hicieron. La ocupación japonesa en el siglo XX, la independencia conseguida por Sukarno y la dictadura de Suharto son las notas más destacadas de la historia más reciente

Indonesia es uno de los países del mundo con mayor diversidad étnica, aunque prácticamente todos los grupos se encuadran dentro de las ramas javanesa (de origen asiático) o sondanesa (de las múltiples islas que hay en la Plataforma de la Sonda, con rasgos más similares a las de los pueblos de Oceanía). La religión preponderante es el Islam, y de hecho se trata del país con mayor número de musulmanes del mundo.



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