La literatura de Papúa Nueva Guinea


País: 
Papúa Nueva Guinea

La literatura de Papúa Nueva Guinea

Existen unos rasgos generales de los mitos y leyendas de Melanesia en general y de Papúa Nueva Guinea en particular, pero al tratarse de una de las zonas del mundo con mayor diversidad étnica, no es sencillo establecer patrones y tendencias en la literatura oral. Sin duda, la insularidad es el factor más determinante para que eso haya resultado ser así. Algunas características comunes a las distintas literaturas orales de la región de las que podría hablarse son la práctica ausencia de mitos relacionados con el origen del mundo, y la abundancia, en cambio, de leyendas acerca de la aparición de la humanidad.

En el terreno del origen de la humanidad, en la isla de Nueva Guinea, que  constituye la mayor parte del territorio del país que es Papúa Nueva Guinea, numerosas tribus creen en una procedencia de los árboles en el caso de las mujeres y de la tierra en el de los hombres, mientras que otras comunidades consideran el surgimiento de unos y otros de una grieta abierta en la tierra. En Nueva Bretaña, la mayor isla del archipiélago Bismarck, el segundo territorio en orden de importancia, la literatura oral habla de un ser que creó a los humanos dibujando dos figuras en la tierra y rociándolas con la sangre que se hizo al cortarse a sí mismo con un cuchillo. Para que se vea la tremenda diversidad que existe, sin salir de ese archipiélago, en las Islas del Almirantazgo se considera que los humanos descienden de los animales, pues hay mitos que hablan de un nacimiento de huevos de palomas o de tortugas. Y así, otros archipiélagos y territorios de los que componen el país presentan otras variantes y versiones. Tratándose de territorios caracterizados por la insularidad, no podían faltar las leyendas sobre el origen del mar (que habría comenzado siendo apenas un pozo de agua salada, para después terminar desbordándose e inundando todo), o sobre otros asuntos como el origen del sol y de la luna (que tendrían un origen terrestre, habiendo sido previamente hongos según algunas de las leyendas), del fuego (en cuyo surgimiento tienen un papel destacado los animales) o de la batata –uno de los principales alimentos para muchas comunidades-, que habría salido del interior del ser humano de acuerdo a varios de los mitos-.

Como no podía ser de otra forma, muchos de esos mitos y leyendas cuentan con protagonistas con nombre propio, que a veces son dioses, entre los que se puede nombrar a Api, el espíritu de la tierra para algunas etnias del país, y a veces héroes como los hermanos To-Karvuvu y To-Kabinana (que aparecen como el bueno y el malo, o como el listo y el tonto, en historias que explican diversos aspectos de la naturaleza en el caso de otra serie de etnias). En muchas de las historias, sean de la índole que sean, hacen acto de presencia personajes poco agradables como monstruos, fantasmas y caníbales, tal vez con una intención de hacerlas más vehementes e impactantes. Otros de los muchos rasgos de los mitos y leyendas del país son que siguen vigentes en la actualidad en gran parte de las tribus y clanes, que en algunos casos presentan un carácter estacional –son válidos para unas partes del año pero no para otras-, que son transmitidos por una especie de magos en cada clan, que son minuciosamente clasificados y distinguidos entre los propios papúes (por ejemplo, en las Islas Trobriand se distingue entre los kukwanebu –cuentos-, los libwogwo –sagas y leyendas- y los liliu –mitos), que a veces cada relato tiene una especie de dueño que es el único autorizado a recitarlo –esta circunstancia se da, también, en las Trobriand- y que la llegada de los europeos hizo surgir nuevos mitos y transformó muchos de los ya existentes, ya que los recién llegados fueron considerados una suerte de semidioses (en gran parte por la admiración que sentían por la cantidad de productos materiales que portaban en sus barcos).

En cuanto a la literatura moderna surge en el siglo XX, y pueden destacarse varios nombres, como los de Allan Natachee (poeta que fue pionero en escribir en lengua vernácula y que es considerado el poeta más laureado de la historia literaria del país), Vincent Eri (que fue tanto escritor como político, y en el ámbito de la literatura se hizo conocido por la novela “El cocodrilo”, en la que escribe sobre el cambio que supuso la Segunda Guerra Mundial en la vida tradicional papú), Ignatius Kilage (también dedicado a la política además de a la literatura, autor de dos novelas), Julie Mota (escritora que ha publicado tanto una antología de poesía como un ensayo sobre el impacto de la democracia en el país) y Paulias Matane (autor de obras sobre su infancia en el país y sobre sus experiencias en el extranjero vistas bajo el prisma de un papú).

La literatura sobre Papúa Nueva Guinea

Los primeros textos escritos por extranjeros llegados a Papúa Nueva Guinea son de los cronistas de las expediciones españolas, pioneras en aquella zona del mundo, entre las que destacan las comandadas por Álvaro de Mendaña (uno de cuyos principales cronistas fue el marino Hernán Gallego), Pedro Fernández de Quirós (que escribió “Memoriales de las Indias Australes”) y Luis Váez de Torres (a cuyo cargo viajaba el cronista y cartógrafo Diego de Prado y Tovar). Merece la pena destacar que esas crónicas hablaban sobre Papúa Nueva Guinea principalmente sin pisar su territorio, es decir, contando sobre todo lo visto desde los barcos que componían las expediciones.

Son posteriores en el tiempo las célebres aportaciones del antropólogo polaco Bronislaw Malinowski (sobre todo con “Los argonautas del Pacífico Occidental”, en el que estudia el fenómeno de del Kula, un complejo sistema de intercambio mantenido por los nativos de las Islas Trobriand, aunque también con “Edipo destronado”). Antes, aunque con menos relevancia que la que tuvo Malinowski, otros antropólogos habían escrito sobre el país (es el caso del ruso Nikolai Miklukho-Maklai), y es que Papúa se convirtió en un paraíso para los investigadores de esa rama. Otras obras son “Mosaico papú”, del misionero español Xavier Vergés, "21 años con los papúes", del misionero francés André Dupeyrat, "El mundo hasta ayer", de Jared Diamond, o la más reciente “El turista desnudo”, de Lawrence Osborne. Merece la pena destacar que ha proliferado mucho más la literatura de viajes sobre la provincia indonesia de Papúa, que comparte muchos rasgos con el país Papúa Nueva Guinea, por ser ese territorio algo más accesible para los extranjeros.

Lecturas propuestas

Mosaico papú (Xavier Vergés)

Se trata de un libro escrito por un misionero que trata de dejar como legado lo más interesante y enriquecedor de sus vivencias y experiencias en Papúa Nueva Guinea, sin duda uno de los que más complicado debe resultar en el mundo para la tarea evangelizadora. El misionero hizo el viaje en un momento en el que aún había rumores de práctica del canibalismo, y fue destinado a la región de Mekeo, donde pudo aprender y conocer acerca de la naturaleza (con animales tan fascinantes como el casuario y flora de la región como el árbol del pan) y de ritos y creencias tan variadas como inverosímiles.

El señor Pip (Lloyd Jones)

En este libro de un autor neozelandés, se cuenta la preciosa aunque dramática historia que transcurre en una pequeña aldea de la isla de Bougainville, que pertenece a Papúa Nueva Guinea aunque en la actualidad está peleando por conseguir su independencia. La llegada de una guerra originada por la explotación de intereses económicos llega a la pequeña aldea para cambiarlo todo, pero una persona hace todo lo que está en su mano para que siga pareciendo que todo es igual, en concreto continuando la actividad de la escuela de la aldea a pesar de que nunca ha ejercido como profesor. A pesar de que cuenta con muy pocos medios, a través de la lectura de un libro de Charles Dickens logra mantener a los niños de la isla atentos e ilusionados, y sobre todo, desviar su atención de los horrores que el destino les ha obligado a vivir.

Edipo destronado (Bronislaw Malinowski)

Este libro le sirvió al prestigioso antropólogo polaco para, basándose en las vivencias durante su obligada estancia en las Islas Trobriand -quedó retenido allí por culpa de la Primera Guerra Mundial-, dejar un ensayo en el que transmitía las principales conclusiones que extrajo en acerca del comportamiento de los trobriandeses en distintos aspectos. En concreto, estudió su percepción del poder o de la represión y su consideración de deteminados asuntos sexuales como el erotismo o el incesto. A la vez, Malinowski relacionó esas impresiones con características de los occidentales, para avanzar y progresar en la comprensión de la humanidad en su conjunto.

Las islas felices de Oceanía (Paul Theroux)

Paul Theroux se propone en esta ocasión recorrer la mayor parte de los territorios del continente oceánico, y una de sus primeras paradas, después de Australia y Nueva Zelanda, es Papúa Nueva Guinea. Con su desenfadado modo de viajar, que le permite indagar y curiosear cuanto le apetece, centra su atención en las Islas Trobriand, tal vez la parte del país que más le llamaba la atención. Desplazándose entre las distintas islas del archipiélago en su propio kayak, charla con los lugareños, conoce sus costumbres y formas de pensar y adquiere un buen conocimiento de la cultura local.

Las islas del Pacífico (Douglas L. Oliver)

Este ensayo de un antropólogo estadounidense constituye un auténtico tratado, tal vez el mejor que existe, sobre todos los estados que, acompañando a Australia y Nueva Zelanda en la configuración del continente oceánico, se extienden por el largo y el ancho del Océano Pacífico, y no son pocas las referencias que se encuentran al que al fin y al cabo es el país más grande después de los dos mencionados: Papúa Nueva Guinea. La llegada de los europeos a la región, los efectos que en ella tuvo la Segunda Guerra Mundial o la economía con la que intentan salir adelante los distintos grupos y comunidades son solo algunos de los aspectos que el antropólogo analiza.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

La mayor parte del territorio de Papúa Nueva Guinea está constituido por la mitad oriental de la Isla de Nueva Guinea, que comparte con Indonesia (en el lado occidental está la provincia de ese país que también se llama Papúa, y que como ya se ha mencionado comparte con el país de Papúa Nueva Guinea prácticamente todos los rasgos étnicos, biológicos y geológicos). Otros territorios que componen el país son las Islas Trobriand, el Archipiélago Bismarck o la Isla de Bougainville (este último, no obstante, está actualmente en el proceso de conseguir la independencia).

Los papúes contaban con un modo de vida equivalente al de la Edad de Piedra europea antes de la llegada de los occidentales en el siglo XVI. Posteriormente, su territorio estuvo ocupado por Alemania, el Reino Unido y Australia desde el siglo XIX hasta que se convirtió en un país independiente en 1975, comenzando una nueva andadura caracterizada por las dificultades que traen la pobreza extrema en la que vive una proporción importante de los habitantes y por los deseos secesionistas de ciertos territorios.

Papúa Nueva Guinea es una de las naciones con mayor diversidad étnica del mundo, habiéndose llegado a contabilizar 848 idiomas distintos -de los que 836 continúan hablándose en la actualidad- y más de 1.000 grupos culturales. En el país surgió, además, el idioma conocido como tok pisin, un idioma criollo con base léxica inglesa. Se trata de un país eminentemente rural, pues solo el 18% de  la población es urbana. Por último, merece la pena destacar que, de acuerdo a los datos oficiales, el 96% de los papúes sigue el Cristianismo.



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