La literatura de Reino Unido

La literatura de Reino Unido

País: 
Gran Bretaña

La literatura de Reino Unido

Antes de que apareciese el idioma inglés, aún en sus variantes más antiguas, y de que Reino Unido comenzase a perfilarse como un estado siquiera parecido al que constituye hoy en día, ocuparon las islas británicas diversos pueblos, entre los que merece la pena destacar a los celtas, a los pictos, a los escotos o a los romanos, todo ello antes de que allí se instalasen con carácter permanente pueblos germanos como los anglos, los sajones o los jutos (los distintos pueblos tuvieron mayor presencia en diferentes partes de lo que hoy constituye el territorio británico, como en el caso de los celtas en Irlanda del Norte y Gales o de los pictos y los escotos en Escocia). De las literaturas de celtas y romanos ya se ha escrito en los artículos dedicados a la literatura de Irlanda y de Italia, por lo que en esta entrada se hablará más de las de los otros pueblos. La de los pictos y los escotos era una literatura oral con una rica tradición de relatos poblados por monstruos, fenómenos sobrenaturales y hechizos, mientras que directrices similares adoptaban los mitos y leyendas de los pueblos anglosajones, aunque en estos tenían una mayor presencia los gigantes, que en esos relatos eran presentados como los principales responsables de la formación de los principales accidentes geográficos.

Es en la Edad Media cuando puede hablarse de una literatura británica propiamente dicha, en concreto elaborada en un dialecto anglo-sajón considerado el primer inglés; el texto más antiguo sería el “Caedmon”, aunque aún tenía mucha importancia la tradición oral y muchos textos se creaban para ser representados (también merece la pena destacar, en esa primera etapa, el poema épico “Beowulf). Ya en el siglo XVI, momento en el que el territorio se tornó independiente de los normandos y comenzó a ser conocido como Albion, aparecieron los romances de corte caballeresco, escritos tanto en verso como en prosa, siendo especialmente conocido el poema “Sir Gawain y el Caballero Verde”. Se puede señalar a Geoffrey Chaucer, en el siglo XIV, como el primer gran autor inglés, que dejó para la posteridad su colección de relatos de diversos géneros conocida como “Cuentos de Canterbury”. Pero sería en el Renacimiento cuando la literatura británica iba a eclosionar de forma definitiva, primero con la literatura isabelina (sobre todo con la irrupción del dramaturgo y poeta William Shakespeare, uno de los autores de mayor relevancia en la historia de la literatura universal, aunque también con las figuras de Thomas Wyatt –que introdujo el soneto en las islas-, de Thomas Campion –con poemas escritos para ser musicalizados que se popularizaron- o del dramaturgo Christopher Marlowe) y después con la literatura jacobita (que tuvo como protagonistas a Ben Jonson –la figura más destacada de la etapa, al dramaturgo John Webster –autor de las conocidas como obras de venganza- y al poeta John Donne.

En el siglo XVII, con la llamada Restauración británica, iba a llegar la literatura política, en la que destacan las aportaciones de los filósofos Thomas Hobbes –con la obra “Leviathan”- , del ensayista y biógrafo Izaac Walton y de los poetas Andre Marvell y John Milton, y llegando al siglo XVIII, sería el turno para el Barroco, donde de nuevo filósofos como John Locke y David Hume hicieron aportaciones literarias relevantes, y en el que iba a cobrar protagonismo la novela (destacan en ella autores como Daniel Defoe, Lawrence Sterne, Henry Fielding, Mary Shelley y Horace Walpole). Los principales movimientos del siglo XIX fueron, por su parte, el Romanticismo (en el que destacaron sobre todo poetas, como Lord Byron, William Wordsworth, John Keats, Robert Burns o Samuel Taylor Coleridge, aunque también prosistas como Walter Scott o las hermanas Charlotte y Emily Brontë) y el Realismo (con nombres destacados como los de Charles Dickens –novelista que practicó la crítica social-, Jane Austen o William Thackeray), y algo fuera de esos movimientos también sobresalieron autores que crearon algunas de las historias y personajes más célebres de la literatura mundial (es el caso de Robert Louis Stevenson y Arthur Conan Doyle en la llamada novela de género y de Lewis Carroll y James M. Barrie en la literatura infantil.

Ya en el siglo XX, las islas británicas iban a aportar no pocos de los nombres relevantes en el panorama literario europeo y mundial, como bien puede apreciarse con las figuras de Thomas Hardy (quien comenzó a cambiar la tendencia del Realismo y el Naturalismo), W. H. Auden (poeta y ensayista), Graham Greene (que intentó innovar en el género de la novela), Virginia Woolf (considerada una figura destacada del vanguardismo anglosajón), Malcolm Lowry (poeta y novelista), D. H. Lawrence (con bagaje en prácticamente todos los géneros), Evelyn Waugh (novelista de renombre mundial que también se prodigó en literatura de viajes), G. K. Chesterton (novelista que se hizo famoso por su utilización del recurso literario de la paradoja), H. G. Wells (que se prodigó en múltiples géneros), George Orwell (que trabajó distintos subgéneros dentro de la novela), Agatha Christie (dramaturga especializada en el género policial), Aldous Huxley (novelista y ensayista), Evelyn Waugh (Dylan Thomas (poeta, dramaturgo y cuentista), Harold Pinter (dramaturgo impulsor del teatro del absurdo) o John Osborne (de quien se dice que transformó el teatro inglés). También han alcanzado notoriedad mundial, por el gran éxito comercial de su obra, autores como Ken Follett, J.R.R. Tolkien o J. K. Rowling.

La literatura sobre Reino Unido

Los primeros intentos de llegar hasta las islas británicas, y de contarlo, fueron los llevados a cabo por viajeros de la Antigüedad, entre los que destaca el griego Piteas (dejó notas que fueron después recopiladas y difundidas por sus compatriotas Polibio y Estrabón). Seguiría sus pasos el romano César –no confundir con Julio César-. En épocas posteriores –aunque aún antiguas- no proliferaron los relatos de viajeros al Reino Unido, siendo más bien la tendencia la de que fuesen los británicos los que salían a conocer mundo, y a contarlo (no solo se lanzaron a la carrera de la navegación para la conquista de los nuevos mundos, sino que también fueron ellos los que en mayor medida protagonizaron ese conocido fenómeno del Grand Tour, que les llevaba a viajar por la Europa Continental), aunque puede destacarse el “Viaje de Londres a Génova”, de Giuseppe Baretti.

En época más reciente (segunda parte del siglo XIX y siglo XX), sobresalen las aportaciones de Jules Verne (con “Viaje a contrapelo por Inglaterra y Escocia”), de Stefan Zweig (con “De viaje. Bélgica e Inglaterra”), del estadounidense Bill Bryson (con “Notas desde una pequeña isla”), del checo Karel Capek (con “Cartas inglesas”), de Antonio Rivero Taravillo (con “Viaje sentimental por Inglaterra”) o de Enric González (con “Historias de Londres”). También hay libros de viajes dedicados a Irlanda, en los que se habla del territorio británico de Irlanda del Norte, entre los que se puede destacar el “Canta Irlanda” de Javier Reverte.

Lecturas propuestas

Hamlet (William Shakespeare)

Es una de las tragedias de Shakespeare que han alcanzado notoriedad y relevancia universal y que ha sido innumerables veces representada en prácticamente todos los rincones del planeta, junto a “Macbeth”, “Otelo” o “Rey Lear”. “Hamlet”, que transcurre en Dinamarca, trata de los acontecimientos que se sucedieron después de la muerte del rey que da título a la pieza. Su hijo, con el mismo nombre, comenzará un período en el que pasará, sin solución de continuidad, de la cordura a la locura y de un sentimiento a otro, siempre con el fin por parte del autor de dejar al descubierto las luces y las sombras, lo mejor y lo peor, de ese eterno enigma que siempre van a ser la naturaleza y la condición humana.

Cumbres borrascosas (Emily Brontë)

Se trata de una de las novelas más relevantes en la historia de las letras británicas, creada por una de las dos hermanas que fueron protagonistas en el panorama literario del siglo XIX. La historia transcurre en el hostil ambiente rural del país, y cuenta principalmente la historia de las familias Linton y Earnshaw. Sin embargo, las intrigas entre las dos familias y entre otros personajes que llegan a su entorno, no son, ni mucho menos el único atractivo del libro, ya que también constituye un fantástico documento costumbrista de la Gran Bretaña rural del siglo XIX, sus modos de vida, costumbres y tradiciones.

Para leer al anochecer, historias de fantasmas (Charles Dickens)

Se trata de un libro de cuentos o relatos cortos –en concreto, consta de trece- de este maestro del Realismo inglés, que a lo largo de su vida se interesó sobremanera por los fenómenos de misterio y de terror, y a ello dedicó no pocos de sus texto y obras literarias. Ambientados en la por momentos siniestra Inglaterra de la época (especialmente en invierno, en zonas rurales y cuando se hacía de noche), las historias hablan de fantasmas, personas desaparecidas, apariciones misteriosas, extraños personajes que viven en recónditos y lúgubres rincones del país y caserones encantados, entre otros elementos y componentes.

Historias de Londres (Enric González)

Es este libro recopilación de los artículos que el autor escribió cuando era corresponsal en la capital británica (similar a los que también ha escrito sobre sus estadías en Nueva York o en Roma), se ofrece una fiel fotografía, no solo de lo que la ciudad representaba en el momento de la estancia (finales de los años noventa del siglo XX), sino también de numerosos aspectos históricos que ayudan a entender de forma global lo que la urbe es y significa. Los pubs, los túneles subterráneos de la ciudad, las historias y leyendas de algunos de los delincuentes más míticos que allí han actuado, el fútbol o estilo arquitectónico victoriano son solo algunos de los aspectos que aborda.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Reino Unido es un país insular situado en el Oeste de Europa, aunque su territorio actual comprende la parte norte de la isla de Irlanda además de la isla de Gran Bretaña. Bajo la influencia del Océano Atlántico, el país ha tenido tendencia a diferenciarse y destacarse de la Europa Continental, en un proceso que le ha llevado a constituir uno de los más grandes imperios de la historia. Las islas cuentan con un clima atlántico que ha dado origen principalmente –aunque no solo- al tradicional paisaje de campiña inglesa.

Los pueblos romanos primero, los anglosajones después y los normandos en última instancia, se aventuraron hasta las islas para tratar de controlar los territorios ocupados por pueblos autóctonos, como celtas, pictos y escotos. Después del período normando, comenzó a configurarse la identidad de lo que es Reino Unido en la actualidad, primero con ambiciones expansionistas en territorios cercanos, más tarde con una proyección de escala mundial -con territorios controlados y gestionados en los cinco continentes- y siempre con relevancia y protagonismo en el tablero europeo. El país afrontó el siglo XIX como auténtico líder del mundo, aunque en el XX iba a perder esa posición en favor de los Estados Unidos, antes de pasar a formar parte de la Unión Europea y a separarse de ella con el proceso del Brexit.

La sociedad británica es, hoy en día, una de las más avanzadas y plurales del mundo, en lo que constituye un resultado final que es fruto del proceso por el que, no solo han bebido de las diversas influencias que llegaron a su territorio, sino que además han ido a buscar otras por todo el largo y el ancho del mundo (así, las ciudades británicas están hoy en día a la vanguardia del cosmopolitismo). Una amplia mayoría de la población de las islas profesa la religión cristiana, principalmente en sus variantes anglicana, apostólica romana y presbiteriana –esta última se da principalmente en Escocia-.

 



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