La literatura de Senegal


País: 
Senegal

La literatura de Senegal

Como en la mayoría de los países africanos, la primera forma de literatura en Senegal (anterior a la llegada de los europeos, y que se extendería hasta ese momento) fue oral, y en ella tuvieron un papel especialmente relevante los griots, personajes populares presentes en las comunidades de la mayoría de las etnias del país que a través de las historias que contaban y que, acompañados de instrumentos como el arpa, también cantaban, fueron capaces de mantener la memoria colectiva y de transmitir la cultura de sus ancestros. Se trataba de auténticos depósitos de información y experiencias, y aunque conocían muchas historias y canciones que databan del pasado, también contaban con una interesante capacidad de improvisación sobre acontecimientos de su propio momento y sobre hechos casuales. Entre los temas que trataban se encuentran los políticos, los satíricos y los basados en rumores y chismorreos, y con mucha frecuencia sus intervenciones tenían lugar en el seno de grandes acontecimientos como bodas o bautizos, en los que cantaban a los protagonistas del día. Merece la pena destacar que se trata de una figura que aún existe en la actualidad, aunque lógicamente está venida a menos por las enormes posibilidades que existen para acceder a historias y contenidos.

También como en otros países africanos, el momento de comienzo de la colonización (que en Senegal tuvo lugar en el siglo XIX) supone un punto de ruptura de gran importancia en lo que a las formas y estilos literarios se refiere. Hay autores que señalan a la literatura senegalesa como la más importante del África francófona, al estar nutrida por una serie de escritores en lengua francesa. Dentro del período post-colonial, destaca especialmente el movimiento conocido como de la Negritud, en parte abanderado por escritores senegaleses de renombre como Leopold Sédar Senghor (poeta, y tal vez la figura más relevante de las letras senegalesas, y puede que el poeta más relevante de África, además de presidente del país), Birago Diop (famoso por sus cuentos) y Sembéne Ousmane (uno de los autores africanos más relevantes del siglo XX, que fue guionista además de escritor). El movimiento, que es a la vez concepto, ideología política y escuela literaria, y que tiene vínculos con las filosofías europeas del existencialismo y el marxismo, persigue la protesta, la rebelión y la liberación del pueblo negro frente a la tiranía de la cultura occidental, con el fin último de la restauración del orgullo y la dignidad africanos (se podría decir que es la negación de la negación del hombre negro). Otros autores relevantes del siglo, ya no necesariamente tan adscritos al movimiento de la Negritud, fueron Cheikh Hamidou Kane (novelista de relieve en la literatura y en la conciencia africana), Cheikh Anta Diop (con escritos en el ámbito de la Antropología), Aminata Maiga Ka (ensayista y crítica literaria que también acumuló un notable bagaje político), o Hamidou Dia (escritor, crítico literario y profesor de filosofía).

De una época aún más reciente, llegando con actividad literaria al siglo XXI, son las figuras de Boubacar Boris Diop (novelista, ensayista, dramaturgo y guionista), Mame Younousse Dieng (autora de algunas de las primeras novelas escritas en lengua wolof –la más hablada de las autóctonas de Senegal-), Alioune Badara Beye (principalmente poeta, aunque también tuvo presencia en otros géneros), Marietou Mbaye Bileoma (novelista de notable reconocimiento en el continente), Fatou Diome (que ha explorado las relaciones entre Senegal y Francia), Felwine Sarr (intelectual muy crítico con la sociedad actual) y Aminata Sow Fall (novelista con gran bagaje en el ámbito cultural del país).

La literatura sobre Senegal

Las primeras referencias escritas que se conocen de extranjeros sobre Senegal son las aportadas por los navegantes o cronistas de las expediciones portuguesas que se prodigaron por África Occidental en primera instancia (aunque hubo muchos, un buen ejemplo es el de Diogo Gomes, que a su muerte dictó sus memorias, sobre sus expediciones en el siglo XV).

Mungo Park, en su libro “Viajes a las regiones interiores de África”, en el que narra sus dos expediciones a África en los años que sirvieron de transición entre siglo XVIII y el XIX, fue otro de los primeros extranjeros en visitar territorio senegalés plasmando por escrito sus experiencias. Un poco después, referencias al país aparecen también en el “Diario de un viaje a Tombuctú” del viajero francés René Caillié. De una época más reciente, ya en el siglo XX, son las aportaciones de Ryszard Kapuscinski (que habló de Senegal en varios de sus libros, como “Ébano” o “Viajes con Heródoto” – que es libro póstumo), y desde el lado español, tenemos la mirada de Enrique Vaquerizo, que visita Senegal junto a otros países africanos.

Lecturas propuestas

El libro de los secretos (Boubacar Boris Diop)

Se trata de una novela plasmada con el formato de una serie de cartas que un abuelo le deja a un nieto al que no llegó a conocer. La mayoría de esas cartas, aunque no todas, han sido escritas por él mismo. En ellas, se intentan transmitir al joven Badou –que así se llama el nieto- tanto los principales sucesos de la vida familiar en los últimos años de vida del abuelo, como el cuerpo principal de los valores y tradiciones de la cultura senegalesa. Un padre futbolista que emigra a Francia, la enigmática mujer de este o un loco al que todos temen cada vez que entra en una aldea, son solo algunos de los protagonistas de las historias contadas por el abuelo.

Afrotopía (Felwine Sarr)

Es este un ensayo afiladísimo de un escritor senegalés, que en realidad hace más referencia a la situación presente y al futuro de todo el continente que a los de Senegal en particular (aunque todo es, obviamente, válido para este país también). La idea principal que el autor intenta transmitir es la de que África debe afrontar el futuro con un sistema de ideas, valores e instituciones que se basen en su propia tradición cultural, en vez de en aquellas que se han utilizado hasta ahora tras haber sido importadas de los colonizadores europeos, quienes no se han dado cuenta de que sus pautas y premisas no funcionan con unas condiciones tan diferentes.

Historias de salacot y fortasec (Enrique Vaquerizo)

Este libro original, fresco y divertido de literatura de viajes, que además va acompañado por estupendas ilustraciones del padre del autor, transmite las vivencias y experiencias de viajes por diversos países de África Occidental. Presenciar en vivo combates de la lucha tradicional de los miembros de la etnia diola, visitar bosques de baobabs, escuchar testimonios de primera mano de personas que han viajado a Europa en pateras o conocer la actividad de los pescadores lebous son solo algunas de las historias que el autor vive y cuenta en el país protagonista de este artículo.

Viajes con Heródoto (Ryszard Kapuscinski)

En este libro de carácter póstumo en el que se cuentan apuntes históricos, vivencias y reflexiones del genial reportero y escritor polaco sin que parezca haber demasiado orden ni concierto, se pueden encontrar varios capítulos dedicados a Senegal. En ellos, el autor curiosea por una Dakar que encuentra en estado de ebullición por la celebración de un festival dedicado al arte negro, y de sus alrededores, con mención  especial para la Isla de Goree, de gran relevancia en el tráfico de esclavos), y en la que se aloja en la modesta casa de un matrimonio de etnia peul. Como es inevitable en él, también repasa la historia moderna del país.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Senegal es un país de África Occidental de tamaño relativamente pequeño dentro de los estándares de ese continente. El norte del país (que pertenece a la zona conocida como Sahel) es desértico, y el sur está constituido por sabana, siendo los ríos Gambia y Senegal y el Océano Atlántico los principales elementos geográficos que configuran y determinan la forma de vida (precisamente en el contorno del río Gambia se extiende el país del mismo nombre, que tiene todo su territorio dentro del contorno de Senegal). El clima es de tipo saheliano, con presencia de una estación seca y otra lluviosa.

El primer imperio conocido que ocupó territorios del actual Senegal fue el de Takrur, que tuvo vigencia entre los siglos IX y XIII, en un período marcado por la llegada del Islam en el siglo XI. Posteriormente, otros imperios, como el Mandinga o el Jolof iban a tener control sobre el territorio, hasta que las potencias europeas comenzaron a pugnar por el comercio en la zona desde el siglo XV en adelante (especialmente lo hicieron), aunque sería Francia quien terminaría con la posesión del territorio hoy senegalés. Tras un período en el que el país formó junto al Sudán francés la Federación de Malí, ambas entidades se separaron y Senegal proclamó su independencia en 1960.

Como casi todos los países africanos, Senegal cuenta con una amplia variedad étnica, acompañando a la etnia principal wolof la peul o fulani, la mandinga, la serer, la bassari o la bedik, entre otras muchas. El Islam y el Cristianismo son las dos principales religiones (con claro predominio del primero), aunque con frecuencia, y especialmente en lugares rurales apartados, conviven con creencias animistas.

 



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