La literatura de Trinidad y Tobago


País: 
Trinidad y Tobago

La literatura de Trinidad y Tobago

Los primeros habitantes de las dos islas principales que componen el país que hoy es Trinidad y Tobago –que reciben los mismos nombres que forman el del país- fueron principalmente los indios caribes (aunque a la llegada de los europeos también habitaban en ellas otras comunidades como la de los kalugo –asentados principalmente en Tobago- y la de los taínos –que no obstante tenían sus asentamientos más numerosos en las islas más septentrionales del mar Caribe), por lo que es por la literatura oral de ese pueblo por la que comenzará este artículo.

Era, la de los indios caribes –también conocidos como kalinagos- una literatura oral que tenía como principal objetivo e interés el de transmitir de generación a generación algunas de las explicaciones que les hacían comprender ciertos aspectos del mundo en el que vivían; así, por ejemplo, algunas de las historias explicaban cómo se habían originado accidentes geográficos de tremenda relevancia en su vida cotidiana –el más claro exponente de ellos es, como no podía ser de otra forma, el Mar Caribe- mientras que otras ayudaban a comprender fenómenos atmosféricos como el viento. Otro conjunto de historias, en cambio, contaban con un componente más moralizante y, mediante el protagonismo generalmente de espíritus, ayudaban a entender y transmitir lo que eran el bien y el mal. A partir del momento en el que los africanos llevados por los españoles para trabajar como esclavos comienzan a llegar a las islas, comienza un irremediable proceso por el que las tradiciones literarias locales se iban a ver salpimentadas por influencias de ese continente; un buen ejemplo de lo mencionado es la figura de la soucouyant, un tipo de criatura mítica muy presente en el folclore de las dos islas relativamente similar a una bruja que protagoniza no pocas de las historias que circulan de forma oral incluso hoy en día.

Hay que esperar hasta el siglo XIX para que aparezcan los primeros nombres propios de la historia de la literatura del país. Uno de los primeros trabajos en las letras del país fue la obra “Mulato libre”, de Jean Baptiste Phillippe en 1824, a la que le siguió tres décadas después “Un cuento sobre los bucaneros”, considerada la primera novela del país, a cargo de Michel Maxwell Phillip en 1854. Ya a finales del siglo XIX aparece la figura de Henry Silvester Williams, escritor de origen africano que se caracterizó por su activa participación en movimientos panafricanos de todo el mundo. Pero fue en el siglo XX cuando iban a aparecer los principales nombres, así como las más relevantes corrientes, que se han abierto paso en el panorama literario del país. Así, por ejemplo, se da en la primera parte del siglo una tendencia de protesta contra el colonialismo de la que no hay mejor exponente que C.L.R. James, autor de conocidas obras como la novela “Minty Alley” y el ensayo “Los jacobinos negros” (James tuvo, además, participación relevante en la fundación y continuidad en el tiempo de revistas literarias que fueron clave para el desarrollo de la tradición literaria en todo el Caribe). Pero, probablemente, no hay escritor más relevante en el país caribeño que V.S. Naipaul, autor de una obra de un alcance universal (varios de sus trabajos tratan de países de otros continentes) y de un impacto enorme en el panorama literario mundial (no en vano le fue concedido el Premio Nobel de Literatura en el año 2001). Junto a esas figuras, también merece la pena destacar las aportaciones de escritores como Errol Hill (dramaturgo considerado el impulsor del teatro en el Caribe), Rabindranath Maharaj (autor principalmente de libros de relatos cortos), James Aboud (poeta que ha ganado premios y cuyos poemas han sido incluidos en antologías caribeñas), Nicole Craig (poetisa y autora de relatos cortos), Eintou Pearl Springer (poetisa que ha tratado temas sociales y la herencia africana de los trinitenses), Eric Roach (poeta que publicó sus primeras obras bajo un pseudónimo), Kenneth Ramchand (escritor y crítico literario de prestigio), Vahni Capildeo (autora perteneciente a una familia de notables escritores), Raymond Ramcharitar (poeta y dramaturgo principalmente), Merle Hodge (autora de varios libros considerados clásicos caribeños), Harold Sonny Ladoo (novelista que escribió principalmente sobre la comunidad india de Trinidad), Earl Lovelace (que se ha prodigado en varios géneros), Ramabai Espinet (que también ha trabajado casi todos los géneros), Lawrence Scott (novelista ganador de varios premios), Shiva Naipaul (hermano del Premio Nobel y novelista) o Kevin Baldeosingh (que ha escrito sobre temas sociales controvertidos). Además, hay una serie de escritores de origen trinitense que han desarrollado tanto sus vidas como sus carreras literarias en otros países como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá; es el caso de William Archibald (dramaturgo de éxito en Gran Bretaña), Neil Bissoondath (escritor de ficción), André Alexis (novelista y escritor de literatura infantil), Steven Pressfield (especializado en novela histórica), Mustapha Matura (dramaturgo de  notable éxito), Roger Bonair-Agard (principalmente poeta) o Cathy Williams (novelista de obra orientada al subgénero romántico).

La literatura sobre Trinidad y Tobago

Las expediciones de Cristóbal Colón fueron, salvo que se demuestre lo contrario, las primeras europeas en llegar a las islas de Trinidad y de Tobago y en contarlo, por lo que los textos del propio navegante genovés y de algunos de sus cronistas son los primeros que elaboraron extranjeros sobre las islas. Se puede destacar el papel que en ese sentido tuvo Antonio Sedeño, quien fue nombrado gobernador de Trinidad entre los años 1530 y 1538 y dejó testimonios sobre su interacción con los nativos.

Por lo demás, no abunda la literatura de viajes sobre el país en época moderna. “Un crucero de verano por las Antillas”, del escritor británico Lafcadio Hearn, es un libro sobre diversas islas del Caribe que le concede un especial protagonismo a Trinidad y Tobago, y “Un año de un naturalista”, de Richard Ffrench, es una recopilación de los artículos que el autor escribió durante su estancia en las islas; por lo demás,  existen algunos libros de gran formato sobre el país como “Trinidad y Tobago, terrorífica y tranquila” y “Trinidad y Tobago, limpia, verde y serena”, ambos del autor Arif Ali, que intenta ofrecer distintas visiones de las dos islas.

Lecturas propuestas

Una casa para el señor Biswas (V.S. Naipaul)

Este libro del Premio Nobel trinitense es la historia del protagonista que aparece en el título, que pasa toda una vida tratando de hacerse con una casa en la que poder vivir en paz con su mujer y sus tres hijos, alejándose de una vez por todas de la influencia de su familia política, que si bien le ayuda en unas cuantas ocasiones en lo económico, por otro lado estruja y anula su personalidad hasta impedirle conseguir la felicidad. El señor Biswas es, sobre todo, un antihéroe, un hombre común al que no terminan de salirle las cosas como desea y que tiene cierta tendencia al error y a la equivocación, de forma que todo se le complica permanentemente. Sin duda, uno de esos personajes que el lector difícilmente olvidará.

Miguel Street (V.S. Naipaul)

En esta otra obra, un compendio de relatos cortos, Naipaul cuenta variadas historias que tienen el denominador común de desarrollarse en una calle de Puerto España, la capital de Trinidad, en la época de una Segunda Guerra Mundial que todos los habitantes del país siguieron expectantes como consecuencia de la participación indirecta que tuvieron al ser colonia británica. Las historias están basadas en recuerdos de la infancia del propio autor, y a través de los rasgos, las vivencias y las peripecias de los distintos personajes del barrio terminan ofreciendo una buena fotografía de la sociedad trinitense de la época, así como del modo de vida que en el país era común en el momento.

Un crucero de verano por las Antillas (Lafcadio Hearn)

Se trata de un libro de literatura de viajes de este conocido escritor británico que tanto se dedicó a ese género. Como el propio título del libro deja claro, el texto transmite una serie de vivencias y experiencias que el autor experimentó en un crucero que le llevó a visitar buena parte de las Antillas Menores del Mar Caribe. De entre todos los territorios que visitó, es a los de Trinidad y Tobago a los que les dedica más páginas –lo cual es normal, puesto que son las islas más grandes de cuantas visita-, dedicándose a contar algunos pormenores de Puerto España y de los paisajes que la rodean y de los perfiles de las islas tal cual se observan desde el barco (y es que ese, el de la descripción, es sin ninguna duda el componente literario que más potencia el autor).

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Trinidad y Tobago es un estado caribeño formado principalmente por las dos islas que dan nombre al país y por varias islas menores más. Trinidad está a solo once kilómetros de la tierra continental sudamericana, y de hecho, geológicamente son islas que tienen más en común con el subcontinente que con el resto de las islas antillanas. Ambas islas son montañosas y cuentan con la presencia de numerosos ríos, y aunque la capital es Puerto España, la ciudad más poblada es Chaguanas.

Cristóbal Colón descubrió Trinidad en 1498, para sin duda alterar la vida de los indios caribes y kalugos que poblaban las islas de Trinidad y de Tobago respectivamente. Distintos gobernantes asignados por la corona española se sucedieron en el poder hasta que en 1797 el territorio fue ocupado por los británicos y en 1802 fue asignado oficialmente a ellos mediante el  Tratado de Amiens (a partir de ese momento, debido al fomento de la inmigración de culis indios y chinos, la población del país ganó heterogeneidad). Ya en la segunda parte del siglo XX, el país iba primero a formar parte de una federación que agrupaba a varios países caribeños y después a conseguir la independencia en 1967. Desde entonces, algunos conflictos étnicos y un intento de golpe de estado han alterado la tranquilidad en la que debiera haber vivido el país.

Los pobladores de Trinidad y Tobago son mezcla de no pocas influencias raciales de los distintos y variados pueblos que han pasado por las islas en los últimos siglos y que se han cruzado para crear la raza mestiza o criolla que hoy está más presente en el país. Más allá del mestizaje, merece la pena destacar que un 40% de la población tiene ascendencia india y que otro 40% desciende de esclavos africanos. Como consecuencia de la mencionada composición, el Catolicismo, el Protestantismo y el Hinduísmo son las religiones más practicadas en el país.

 



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