La literatura de Turquía


País: 
Turquía

La literatura de Turquía

Aunque de los hititas, los primeros pobladores de Asia Menor, apenas se han conservado algunas cartas, jeroglíficos y tratados, dos grandes civilizaciones se formaron o llegaron hasta el territorio de la actual Turquía en los albores de la cultura. Por un lado, por el Oeste del país se extendieron los territorios de Grecia en su época de mayor esplendor, y después, a la caída de Roma, su sucesor en Oriente el Imperio Bizantino tuvo su centro de poder en Constantinopla, hoy Estambul. Y por supuesto, es en el seno de esas civilizaciones donde nace la primera literatura del territorio. De la zona jonia de la Antigua Grecia, en la actual Turquía, fueron algunos de los célebres primeros filósofos, como Tales de Mileto, Anaxímenes, Anaximandro o Heráclito de Éfeso, que plasmaron sus reflexiones y teorías (principalmente acerca de los elementos que constituían la naturaleza, el mundo y la vida) por escrito, aunque solo se conservan fragmentos de las obras de los dos últimos. Posteriormente, surge la literatura bizantina, escrita principalmente –aunque no solo- en idioma griego, con muchos autores de gran relevancia que nacieron en el territorio de la actual Turquía y que desarrollaron allí al menos el núcleo principal de su obra; entre ellos, merece la pena destacar los nombres de Amiano Marcelino, Romano el Mélodo, Juan Crisóstomo, Procopio o Juan Clímaco, entre otros muchos (principalmente dedicaron sus esfuerzos a escribir sobre asuntos históricos y religiosos), aunque por encima de los demás emerge el de Constantino VII Porfirogéneto, que impulsó lo que se ha dado en llamar Primer Humanismo Bizantino a través de su obra consistente en obras que se tornaron clásicas, compendios de protocolo, compilaciones de consejos dados a su hijo y biografías.

Con posterioridad, los vericuetos de la historia –y en concreto de los pueblos que iban desfilando y llegando a la actual Turquía- iban a generar, ya en el siglo VIII, una literatura consistente por un lado en epopeyas que tratan de ensalzar las figuras de personalidades y héroes de la época (como Tonyukuk, Kultigin o Bilge Kagan, siendo obras relevantes “El libro de Dede Korkut”y la “Épica de Koroglu”) y por otro de contar historias relacionadas con unas tradiciones nómadas que ya empezaban a abandonarse (destaca la serie de folclore sobre la figura del personaje Keloglan). También forma parte del folclore popular turco el teatro de sombras centrado en los personajes Karagoz y Hacivat, que representan a personajes comunes como el campesino o el procedente de una ciudad sofisticada. La llegada del Islam iba a traer la influencia de los árabes (con sus distintas corrientes, aunque especialmente la chií y la sufí) y de los persas, y así surgen la literatura clásica (también llamada Diván, con poetas que plasmaban formas originales y hermosas) y la literatura costumbrista (con trabajos anónimos de poetas juglares y trovadores conocidos como asik u ozan), unos movimientos que se iban a prolongar durante los siguientes siglos. Son nombres relevantes de esta extensa época los de Yunus Emre (poeta y maestro sufí que marcó una época), Mehmet Suleymçan Fuzuli (que tradijo obras clásicas del persa y escribió poemas melancólicos y apasionados) y Mahmud Abdul Baki (poeta del sultán Suleimán el Magnífico) principalmente, aunque también los de Atik Omer, Erzurumlu Emrah o Kayserili Seyrani, entre otros. Posteriormente, en el siglo XIX, y y a coincidiendo con la decadencia del Imperio Otomano, iban a llegar el abandono de las formas Diván y las influencias de la literatura occidental, con mayor preocupación por el contenido intelectual, y perdiéndose interés en los ámbitos estético y estilístico. En ese período destacaron Ahmed Nedim (uno de los grandes líricos de la literatura turca de todos los tiempos), poetas como Ahmet Hasin o Yakup Kadri Karaosmanoglu y precursores de la novela posterior como Omer Seyfettin y Ziya Gokalp.

En el siglo XX, en concreto entre los años 1911 y 1923, además de un renacimiento de la tradición de los asik / ozan (con aportación de Asik Veysel, Asik Mahzuni Serif o Neset Ertas), se da el movimiento conocido como de la Literatura Nacional, con el que fueron favorecidos la lengua turca, el estilo poético, el lenguaje sencillo, la rima métrica simple y las temáticas centradas en la vida real, la tradición y las condiciones del país. Son nombres destacados del siglo los de Orhan Pamuk (Premio Nobel de Literatura en 2006, con escritura compleja e innovadora), Bilge Karasu (escritor modernista que se enfrentó a las conductas y las emociones humanas), Sabahattin ali (novelista y poeta de firmes creencias), Yahya Kemal Beyath (célebre poeta que no cesó en la búsqueda de la poesía pura), Mehmet Akif Ersoy (poeta de gran impacto tanto en el círculo intelectual como en el pueblo llano que tuvo como temática principal la pobreza y el subdesarrollo), Ahmet Hamdi Tanpinar (poeta de sentimiento profundo), Ahmet Kutsi Tecer (inspirado por el folclore turco), Orhan Veli Kanik (que creó un nuevo movimiento poético basado en la eliminación de restricciones formales) y Elif Shafak (escritora cuya obra de ficción explora temas contemporáneos).

La literatura sobre Turquía

Asia Menor, como también se conoce al territorio sobre el que se asienta Turquía, ha sido siempre cruce de caminos, punto de encuentro entre continentes y lugar de paso en las rutas hacia Asia, por lo que los más tempraneros viajeros han atravesado su territorio. Son los casos del judío español Benjamín de Tudela, del célebre veneciano Marco Polo, del viajero marroquí Ibn Battuta o del embajador español Ruy González de Clavijo, que hablaron de su paso por el país en sus respectivas obras.

Entrando en el siglo XIX, son fundamentales en la literatura de viajes del país las figuras de Pierre Loti (con varios libros sobre el país como “La Turquía agonizante” o “Constantinopla, fin de siglo”) y Ali Bey (sobrenombre con el que se conocía al español Domingo Badía, que habla sobre Turquía en varios libros dedicados a sus periplos por Asia). También hay aportaciones relevantes de las escritoras Ella Maillart y Annemarie Schwarzencbach (que hicieron un viaje juntas por Turquía y otros países de Asia, escribiendo cada una un libro sobre la aventura), de Theophile Gautier y Konstantinos Kavafis (que juntos escribieron “Constantinopla, eterno viaje a Ítaca), Chateubriand (con su “Itinerario de París a Jerusalén), Vicente Blasco Ibañez (que escribió “Viaje a Constantinopla”) o Miguel Cortés Arrese con “Constantinopla. Viajes fantásticos a la capital del mundo”.

En el siglo XX, pasaron por allí dejando sus vivencias por escrito escritores de la talla de Patrick Leigh Fermor (que termina en Constantinopla la travesía que le hizo cruzar Europa), Freya Stark (que viajó por Asia y escribió en varios libros sobre Turquía), Colin Thubron (quien finaliza en el país su periplo por la Ruta de la Seda) o Paul Theroux (que lo atraviesa en su viaje entre Europa y Asia).

Lecturas propuestas

La casa del silencio (Orhan Pamuk)

Este libro de uno de los más célebres escritores turcos cuenta las vivencias y peripecias de una familia turca de principios del siglo XX, o mejor dicho, de lo que queda de ella, porque la desgracia se ha cebado con ellos y ha provocado que una abuela se haya quedado sin hijos. Aunque no sin nietos, y son ellos precisamente los que van a protagonizar esta historia. Cada uno de ellos tiene sus propias circunstancias, problemas y objetivos, y sus vidas –con el denominador común de la juventud y de la casa de la abuela a la que van cada verano- van tejiendo una historia detrás de la que, al fin y al cabo, no hay otra cosa que la historia del pueblo turco.

Loxandra (María Iordanidu)

Se trata de una novela no muy extensa de esta autora griega que pasó la infancia en Constantinopla. En el texto evoca la figura de su abuela, una persona de una vitalidad desbordante, de un carisma inigualable y de una capacidad asombrosa, que se las arregla para sostener sobre sus espaldas los cimientos de toda una familia. Se trata de una familia griega que vive en Constantinopla, en el seno de la colonia que allí se había establecido tiempo atrás, y al menos tres cuartas partes de la historia transcurren en esa ciudad, hasta que al final de la misma, la familia emigra a Grecia. El de Loxandra es uno de esos personajes literarios que no se olvidan fácilmente.

La frontera invisible (Javier Reverte)

En el que es el último libro de viajes que escribió este notable autor del género de la literatura de viajes, Reverte narra un viaje que transcurre por Turquía e Irán, en lo que supone una visita al continente sobre el que menos se ha extendido en sus libros, Asia. Las casi primeras 100 páginas están dedicadas a Turquía, y más concretamente a Estambul y Ankara, que son las ciudades por las que su viaje se desarrolla. Con un viajar mucho más pausado que el de sus años dorados como escritor de viajes, aunque también, tal vez, más analítico, Reverte utiliza su fórmula habitual de alternar lo que es el relato de su propio viaje con la información histórica del país por el que viaja, con lo que la toma de Constantinopla, el Imperio Otomano o Ataturk terminan siendo tan protagonistas como él del libro.

Sueños perdidos en la ruta de la seda (Marc Morte)

Es este un buen libro de viajes, en el que el autor cuenta sus pasos tratando de recorrer la que una vez fue la principal ruta comercial del mundo, la de la Seda, que comenzaba en Estambul para terminar en la lejana China. Con un estilo de viaje totalmente independiente, el autor cuenta cuanto ve y le sucede en Estambul, en Bursa, en Konya, y en algunas otras ciudades y lugares del país por las que pasa antes de llegar al Monte Ararat –el pico más alto de Turquía- y atravesar la frontera hasta Irán para continuar su camino hacia el Este. Entre otros aspectos de Turquía, nos habla de míticos caravasares, de tortuosos viajes por carreteras de montaña o del problema kurdo.

La venganza de la geografía (Robert D. Kaplan)

No se suelen exponer en esta web ensayos genéricos, y este libro no trata, ni mucho menos, solamente sobre Turquía. Pero es el de Turquía uno de los territorios del mundo que el autor utiliza para ponerlo como ejemplo de la idea principal que quiere transmitir: la del alto grado en el que la geografía determina la historia de los países. En el capítulo dedicado a Turquía, Kaplan habla sobre su historia, su geografía, su configuración como imperio, sus enemigos históricos y sus posibles estrategias en la actualidad, entre otros aspectos.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Turquía extiende su territorio por la porción de tierra que es conocida como Asia Menor, una especie de puente que se tiende entre el Mar Mediterráneo y el Mar Negro. La región tiene una tremenda importancia estratégica, ya que el Estrecho del Bósforo permite la comunicación entre los mares antes mencionados y el país extiende su territorio por Europa y Asia, por lo que es frontera entre ambos continentes. Ha estado presente en las principales rutas de los mundos antiguo y moderno.

Los hititas fueron los primeros pobladores de Anatolia que tuvieron una identidad reconocible y un tamaño y un nivel de desarrollo notables, aunque iba a ser con la decadencia del Imperio Romano, su división, y la formación en torno a Constantinopla de la parte que a partir de ese momento iba a ser más relevante, cuando Turquía vio desarrollarse lo que ya sí puede considerarse un imperio. Después iban a llegar pueblos de origen mongol desde las lejanas estepas de Asia Central y se iba a configurar el Imperio Otomano, uno de los más poderosos que han tenido presencia en Europa en los últimos tiempos. En el siglo XX llegó la creación y configuración de la Turquía moderna, de la mano de Kemal Ataturk.

Los turcos descienden de los pueblos mongoles que una vez llegaron desde Asia, aunque la condición de capital del mundo de su época de Constantinopla hizo que allí llegaran gentes de todo el mundo conocido en ese momento, con lo que eso supone en cuanto a mezcla y mestizaje. En la actualidad la religión mayoritaria es el Islam –aunque oficialmente el país es laico-, y con la raza principal turca conviven otras minoritarias como las constituidas por kurdos, árabes, hebreos o caucásicos.



Comparte el artículo en las redes sociales