La literatura de Vietnam


País: 
Vietnam

La literatura de Vietnam

La primera literatura que se desarrolló en el hoy territorio vietnamita fue una literatura popular que presentaba una amplia variedad de manifestaciones y formas, así como de formas de transmisión (se transmitía tanto de forma oral, generalmente  por parte de determinados autores o maestros, de forma escrita, o de forma representada). Las historias que se contaban estaban protagonizadas por héroes, dioses y otros seres sobrenaturales, y ofrecían el punto de vista de la época sobre la vida como fenómeno, sobre el papel de la humanidad en ella y sobre el origen y la creación. Algunas de las leyendas más populares son la del Rey Dragón y el Hada Inmortal (que trata sobre un joven príncipe virtuoso que se enamoró y se casó con un hada, siendo sus numerosos descendientes los que comenzaron a poblar las llanuras y montañas de lo que hoy es Vietnam), la del Espíritu de la Montaña y el Espíritu de los Mares (que versa sobre una bella princesa a la que se disputaron los dos espíritus que dan título a la leyenda, que enfrentaron todos sus recursos para conseguir el favor de la princesa -y de su padre para conseguir el matrimonio de esta-) o la del Dios Giong (que habla sobre un niño que nació cuando su madre pisó la huella de un gigante, y que terminó convirtiéndose en un héroe y en salvador de su patria). Como ha sucedido en la historia de la literatura de tantos otros países, se trataba principalmente de mitos y de leyendas de carácter anónimo.

La época medieval y posteriormente la Edad Moderna trajeron cambios en la literatura muy determinados por la influencia china, ya que gran parte de aquella estaba impregnada de las ideas del confucianismo y fue escrita en chino clásico (por lo general, las obras se traducían a un vietnamita coloquial con el fin de que pudieran ser comprendidas por el público en general). Las nuevas manifestaciones literarias fueron principalmente poemas –los primeros que aparecieron en el país, con autoría de Nguyen Trai o de Ly Thuong Kiet-, documentos oficiales (como edictos, registros y proclamaciones de independencia) y documentos de carácter histórico (como crónicas y anales), aunque también se compusieron cuentos, como los escritos por Nguyen Du o por Linh Nam. Algo diferente fue la literatura escrita en chu nom, un sistema de escritura utilizado en el pasado para el idioma vietnamita también basado en los caracteres chinos tradicionales pero que podía ser entendido por los vietnamitas. Fue ese sistema de escritura el utilizado en varias de las obras de más prestigio de la historia de la literatura del país, como “El cuento de Kieu”, del antes mencionado Nguyen Du, o los poemas de Ho Xuan Huong, por solo mencionar algunas obras dentro de esos dos géneros (también hubo numerosas traducciones de cuentos chinos a este sistema de escritura).

Finalmente, en la época contemporánea, que se puede decir que llega con la creación del chu quoc ngu -el alfabeto vietnamita-, nace la literatura moderna del país, primero con la figura de Ho Xuan Huong (poetisa que se convirtió en figura literaria destacada del país), y más adelan te, en el siglo XIX, con aportaciones de Truong Vinh Ky (autor de una vasta obra que ayudó al entendimiento entre la colonia que era Vietnam y la metrópoli que era Francia) y de Phan Huy Chu (autor de la que se considera la primera enciclopedia del país). Pero sin duda es en el siglo XX cuando aparecen los escritores que han destacado y configurado el panorama literario contemporáneo del país. En la primera parte del siglo destacaron autores como Khai Hung (intelectual y escritor anticomunista cuya obra, basada en novelas y relatos, se acerca al realismo social), Ngo Van (de orientación comunista, autor principalmente de ensayos) o Dam Phuong (poetisa, periodista y crítica literaria), más allá de lo que aportaron nombres que destacaron más en lo político, como Ho Chi Minh (que fue poeta además de militar, insurgente y figura clave de la fundación de la República Democrática de Vietnam). En la segunda parte del siglo, merece la pena destacar a Bao Ninh (célebre por la novela “El dolor de la guerra”, sobre la famosa guerra contra Estados Unidos), a Nguyen Chi Thien (poeta que principalmente destacó en el período en el que estuvo en la cárcel, donde almacenaba los poemas en la memoria), a Pham Thi Hoai (escritora que tuvo influencia en la obra literaria posterior), a Kim Thuy (escritora afincada en Canadá de exitosa carrera literaria) a Xuan Quynh (poetisa de notable fama) y a Sabine Huynh (escritora y crítica literaria de generosa obra).

La literatura sobre Vietnam

Uno de los primeros viajeros que pudo visitar Vietnam contando sus experiencias fue el mercader nacido en el siglo IX en Basora –actual Irak- Solimán (aunque no es sencillo reconocer los lugares que describió, sí se sabe que estuvo en la zona del Mar de China, que baña las costas de Vietnam). Le siguió el viajero chino Zhen He en el siglo XV, de quien al menos se sabe que estuvo en el norte de Vietnam, a pesar de que los registros de sus viajes se han perdido. En cualquier caso, Vietnam por su posición meridional dentro del continente asiático, no estaba dentro de las rutas principales de comercio, y no fue tan visitado como otros países del continente en la Edad Media.

De época reciente son las obras que hablan del país “Un dragón en el corazón. Vietnam por la senda de los mandarines”, de Olivier Page, “Un dragón latente”, de Norman Lewis, “Viaje al Mekong”, de Javier Nart y “Otras nubes, otras lluvias”, de Gabriel Quindós. También hablaron sobre el país, en libros que tratan también sobre otras naciones, escritores de viaje célebres como el estadounidense Paul Theroux o el español Manu Leguineche.

Lecturas propuestas

Vi. Una mujer minúscula (Kim Thuy)

En este libro, que cuenta con un claro componente autobiográfico, se cuenta la historia de una niña vietnamita que se ve obligada a abandonar su país para terminar viviendo en la lejana Canadá. En esa aventura, la protagonista debe acometer un tortuoso y largo viaje, y después comenzar una nueva vida en un medio que no le es propio, y que por tanto la sume en una situación de desarraigo y de desubicación que va a resultar casi igual de complicada que la travesía. Ya con el paso del tiempo, va formando esa nueva existencia, con el apoyo de sus familiares y de otros miembros de la comunidad vietnamita de Canadá, pero no por ello la autora deja de transmitir al lector la relevancia y la dureza que supone la distancia al lugar de origen.

Viaje al Mekong (Javier Nart)

Se trata de un libro en el que el escritor vasco narra sus peripecias en un viaje que le lleva a recorrer los máximos tramos posibles del Mekong, un río que, además de atraer su admiración, hace de eje vertebrador de la vida de millones de personas repartidas entre varios países de la Península del Sudeste Asiático. Javier Nart centra su estancia en Vietnam en la antigua Saigón (actual Ho Chi Minh City) y en el Delta del Mekong, del que visita numerosos pueblos y zonas. Además de contarle al lector cuanto puede de la región y de la importancia que el río tiene para todos sus habitantes, el autor halla tiempo y espacio para contar algunos aspectos del Vietnam de hoy en día, y para evocar recuerdos de la no tan lejana guerra que hizo famoso al país.

Un dragón latente (Norman Lewis)

Se trata de un libro de literatura de viajes a cargo de un prestigioso periodista y escritor británico. En el libro, el autor cuenta sus peripecias por varios países del Sudeste Asiático, pero el primero al que se decica, y el que más extensión ocupa, es Vietnam. Lewis recorre diversas regiones del país, conoce de primera mano la realidad de los territorios en los que el grupo guerrillero del Viet Minh trataba de limitar la influencia francesa, conoce a viejos colonos europeos, cuenta pormenores de la cocina vietnamita y visita plantaciones, pero sobre todo, da a conocer al lector occidental las peculiaridades de grupos étnicos tan singulares del Vietnam del momento como los mois y los rhadés.

El gran bazar del ferrocarril (Paul Theroux)

En este libro, que lleva al autor a encadenar un tren tras otro y a recorrer toda Europa y toda Asia desde Londres hasta Tokio, una sección está dedicada a lo que Theroux vivió y experimentó en Vietnam. En concreto, fue en Saigón donde más se detuvo, en una época en la aún se estaba desarrollando la guerra que enfrentó al país asiático con Estados Unidos. En su periplo por el país, el autor pudo conocer algunos aspectos de la vida de los vietnamitas en esa época histórica, el afán que el país tenía por promocionar el turismo a pesar de las circunstancias, y por supuesto y como siempre, casi todo sobre los trenes que allí existían en el momento.

Unos apuntes geográficos, históricos y culturales que ayudan a entender la literatura

Vietnam es un país que se sitúa, como una delgada franja de tierra –salvo en el norte, donde el territorio se ensancha algo- en la parte oriental de la Península del Sudeste Asiático. El norte del país es montañoso, mientras que la mitad sur está marcada por las llanuras, y la actividad de todo el territorio está influida por el clima tropical que se da en la región. Se trata de uno de los llamados tigres asiáticos, debido a la pujanza y proyección de su economía.

En diversas etapas de la historia, el territorio vietnamita ha estado gobernado por dinastías del Imperio Chino, hasta que en el siglo X el país consiguió la independencia y tomaron el testigo del gobierno dinastías locales que se sucedieron en el poder hasta el siglo XIX. Ahí, el país atravesó el período en el que Francia ejerció el colonialismo, experimentó la ocupación japonesa, vivió la guerra que -dentro del contexto de la Guerra Fría- iba a enfrentar a las partes norte y sur del país -apoyadas por China y Estados Unidos respectivamente- e invadió a la vecina Camboya, en lo que sin duda iba a terminar siendo un complicado siglo XX.

Si bien la variedad étnica del país es notable, existen dos etnias principales; una es la viet –que son los habitantes de las llanuras y de las márgenes de los ríos-, y otra es la de los montañeses, que habita principalmente en las cordilleras del norte del país. En cualquier caso, el estado reconoce más de cincuenta grupos étnicos, algunos de los cuales son minoritarios. Una amplia mayoría de los habitantes profesa la religión budista, en concreto su variante conocida como mahayana.

 



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