Brasil y Argentina, una evolución literaria comparada


Dos países referencia en el subcontinente

Brasil y Argentina son, probablemente, y debido tanto a su tamaño (en lo territorial, en lo económico, en lo demográfico, etc) como a su capacidad de influencia cultural, las más importantes referencias que hay para el resto de países que completan el subcontinente sudamericano, y como en el resto de ámbitos, en la literatura también han ejercido cierto liderazgo, por supuesto sin que eso suponga que en el resto de países no haya habido movimientos literarios y autores destacados.

Ambos estados cuentan con una variada geografía que abarca diversos medios como la selva, la llanura o la montaña, y presentan una gran diversidad cultural y étnica (aunque esta es mayor incluso, si cabe, en Brasil), y ambas circunstancias han dado paso a una literatura rica y variada en la que la mezcla de elementos es tal vez la seña de identidad más relevante de la que cabe hablar.

El inicio de la literatura moderna en ambos países

Entrando ya en la evolución literaria comparada de ambos países que se quiere abordar en este artículo, merece la pena en primer lugar destacar que el forjamiento de lo que se podría considerar literatura moderna es bastante contemporáneo en los dos países, ya que en ambos casos no es sino hasta el siglo XVII cuando comienza a haber una producción de obras literarias a cargo de autores locales. Y en el caso de ambas literaturas se da desde el principio una notable influencia de los movimientos literarios europeos que, a través de los portugueses en el caso de Brasil y a través de los españoles en el caso de Argentina, llegaban de forma fluida al territorio sudamericano. Pero esa adhesión a las corrientes culturales europeas fue mayor, si cabe, en Brasil, donde desde un primer momento la estética de movimientos como el Barroco y el Neoclasicismo caló de forma profunda, mientras que en Argentina se introducía inicialmente con algo más de espacio para una literatura local llevada a cabo por la población criolla.

El siglo XIX, continuación de las tendencias antes apuntadas y aparición de las primeras figuras literarias relevantes

Y esa diferencia entre decantarse más por abrazar las influencias literarias llegadas desde otro continente o por apostar por lo desarrollado localmente, se iba a acentuar en un siglo XIX en el que, mientras en Brasil iban a adquirir protagonismo nuevas corrientes como el Romanticismo, el Naturalismo y el Realismo, en Argentina se iba a erigir en auténtica protagonista la literatura gaucha, a la vez un género y una temática basados principalmente en recrear la manera de vivir y de hablar del gaucho, el habitante de las interminables llanuras y pampas de la mitad sur del subcontinente (a él pertenecen algunas de las más célebres obras literarias argentinas, como “El matadero” o “Martín Fierro”). En cualquier caso, en el contexto del Romanticismo, e influido por la apuesta que ese movimiento suele hacer por el nacionalismo, también iban a aparecer en Brasil tendencias que pretendían exaltar lo local (es el caso de la corriente conocida como indianismo).

En lo que sí coinciden las literaturas de ambos países en el siglo XIX es el de haber dado cabida a algunos de los primeros nombres relevantes de la literatura nacional, como es el caso de Machado de Assís, José de Alencar o Euclides da Cunha en el caso de Brasil, y de Domingo Faustino Sarmiento o José Hernández en el caso argentino.

El siglo XX, distinta implicación en la tendencia literaria regional, y nuevas figuras destacadas en las letras nacionales

En el siglo XX, ambas literaturas ganaron en diversidad y complejidad, en cierto modo continuando el camino ya andado en los siglos anteriores, con turno para el protagonismo de nuevos movimientos llegados de Europa en Brasil (como el Modernismo o las Vanguardias) y con la continuación de la tradición literaria gaucha en Argentina (aunque con un giro notable, ya que en la obra de este siglo “Don Segundo Sombra” se enaltece más que se reivindica la figura del gaucho) –en cualquier caso, en Argentina también tuvieron una buena acogida las Vanguardias-. Lo que también merece la pena destacar de este siglo, más refiriéndonos a la adopción de estilos del propio continente que a los llegados desde otro diferente, es que el grado de integración de los escritores argentinos en los movimientos y tendencias literarias regionales (como el movimiento del Realismo Mágico, y hablando de forma más genérica, la tendencia a la innovación literaria que ha caracterizado al conjunto del continente) ha sido mayor que la de vecinos brasileños.

En lo que vuelven a coincidir las literaturas de los dos países en este siglo es en dar cobijo a algunas de las figuras más relevantes de las letras nacionales, con protagonismo de Vinicius de Moraes, de Carlos Drummond de Andrade o de Paulo Coelho en Brasil, y de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Adolfo Bioy Casares en Argentina, por solo mencionar a algunos de uno y otro país.

 



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