El impacto de las corrientes literarias europeas en Sudamérica


Una influencia inevitable

Al ser América el “nuevo continente”, en el que debido a la forma de colonialismo ejercida por los países europeos y al tipo de resistencia que estos encontraron allí, todo “estaba por hacer”, también en lo cultural, fue inevitable la llegada, para quedarse y para ejercer una gran influencia en las literaturas locales, de las corrientes literarias que fueron surgiendo y desarrollándose en Europa, entre las que se pueden mencionar el Romanticismo, el Realismo, el Naturalismo, el Modernismo o las Vanguardias entre las puramente literarias, e incluso otras, como el Neoclasicismo o el Barroco, como tendencias artísticas más amplias, tocantes a diversas disciplinas, que también tuvieron su vertiente literaria. Ya en un primer momento, lo europeo había condicionado mucho el inicio de la literatura escrita en esos países, incluso con una primera literatura del país producida inicialmente por europeos en la mayoría de los casos, pero también después, cuando ya comenzaron a aparecer las generaciones nacidas en el país, e incluso después de los procesos de independencia, esa influencia iba a permanecer por mucho tiempo, a través de los mencionados movimientos. Con el fin de hacer un breve comentario comparativo de la influencia de esos movimientos en los distintos países de Sudamérica, se tomarán a modo de ejemplo los casos de Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Chile.

Distintas situaciones y casos

Como cabría esperar, la situación y la forma en la que el fenómeno se desarrolló presentó diferencias en los diferentes países, pues rara vez dos evoluciones literarias tienen exactamente los mismos rasgos. En Brasil y en Perú tal vez fue donde más impacto tuvieron esos movimientos no exclusivamente literarios del Barroco y el Neoclasicismo, con elaboración de obras recargadas donde los conflictos y las contradicciones personales y espirituales marcaron las obras en el primer caso, y donde se trataron de retomar los valores de la Antigüedad  con una literatura refinada en el segundo caso. En Colombia y en Chile, por su parte, calaron en mucha mayor medida los movimientos más puramente literarios del Romanticismo, el Realismo, el Modernismo y las Vanguardias, con la presencia de las distintas ideas y estilos que cada uno representaba en las literaturas locales (estos movimientos, en cualquier caso, también impactaron en Brasil y Perú, solo que no lo hicieron en exclusiva, sino acompañados de esos otros ya mencionados movimientos más amplios). En Argentina, en cambio, es donde tal vez se encuentra una menor influencia de las corrientes europeas; ejercieron influencia, claro que sí, hay numerosos autores y obras que bebieron de las fuentes de los idearios estéticos europeos, pero esas ideas llegadas de fuera convivieron en mayor medida con tendencias puramente locales, y no condicionaron tanto la literatura del país, ya que no la obligó a configurarse principalmente en función y a partir de esos períodos.

Impulso para un desarrollo propio y original

Las ideas llegadas desde fuera a través de esas corrientes literarias, debidamente mezcladas y ensambladas con valores, creencias y aspiraciones locales, dieron lugar al surgimiento de una serie de movimientos autóctonos, por lo que sin duda se puede decir que los países sudamericanos se apoyaron en los movimientos europeos para, a partir de ellos, poner su sello propio y ofrecer nuevas variantes literarias. Entre esos movimientos autóctonos podemos mencionar el indianismo en Brasil (que buscaba poner en valor el pasado histórico local), la literatura gaucha en Argentina (que, sin duda apoyándose en el Realismo, intenta recrear la manera de vivir del gaucho), el indigenismo en Perú (que se centraba en los indios y en lo indio), el nadaísmo en Colombia (una suerte de movimiento de vanguardia autóctono) y el criollismo en Chile (que extendió el Realismo para describir con detalle la vida rural). Por último, merece la pena destacar que también gracias a la llegada de los movimientos europeos, en concreto el del Realismo, en el continente se desarrolló después un fenómeno literario intracontinental, en el que participaron varios países -también de Centroamérica-, como es el del Realismo Mágico.

 



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