Incas y mayas, literatura de dos grandes civilizaciones americanas


Dos civilizaciones con un nivel de desarrollo inimaginable en la Europa de la época

El panorama que los europeos de los siglos XV y XVI encontraron a su llegada a territorio americano en lo que se refiere a los pueblos y civilizaciones que allí habitaban, fue enormemente variopinto. Si en los dos extremos del vasto continente    –las más cercanas a los polos, es decir, el norte de Norteamérica y el sur de Sudamérica- lo que encontraron fueron comunidades muy fragmentadas y con un nivel de desarrollo cultural similar al que había existido en Europa varios siglos antes, en las zonas cercanas a los trópicos y el ecuador –en el sur de Norteamérica y en el norte de Sudamérica-, las cosas eran bien distintas, pues en esos territorios se asentaban civilizaciones que habían alcanzado un notable grado de desarrollo a todos los niveles, pero en especial en los ámbitos social y cultural. Los mejores ejemplos tal vez sean los de las civilizaciones maya e inca, aunque no eran los únicas (también estaban, por ejemplo, los aztecas o los chibcha, e incluso antes ya habían despuntado culturas como la olmeca en México o la mochica en Perú). Como no podía ser de otra forma, la literatura era una de las diversas manifestaciones culturales en las que esas civilizaciones destacaron, y a modo de referencia, en esta entrada se repasarán y compararán los principales aspectos de las literaturas de incas y de mayas.

Literatura maya, variedad de géneros y rasgos difíciles de encontrar

La civilización maya se desarrolló durante más de dos milenios en un territorio que hoy equivaldría al sudeste de México, Guatemala, Belice y el oeste de Honduras y El Salvador, y que destacó por el nivel y riqueza de su escritura, de su cosmogonía, de su astronomía, o de su arquitectura, entre otras modalidades culturales.

En lo que concierne a la literatura, se producían desde formas sencillas como inscripciones en jarrones y vasijas y escritos en las paredes de los edificios y construcciones, hasta manifestaciones más complejas y elaboradas como acertijos, conjuros, poemas e historias. Los temas que se trataban también eran variados, y algunos de ellos eran la creación, la interacción entre el cielo y la tierra (o lo que es lo mismo, entre los dioses y los hombres), los asuntos religiosos, las tareas y actividades cotidianas, la labor de quienes asumían el gobierno o la curación de enfermedades. Otras características, ya más de forma que de fondo, de su literatura, eran el hecho de que se plasmaba por escrito mediante un sistema de escritura basado en ideogramas y en una especie de jeroglíficos, y de que los autores plasmaban sus nombres en los trabajos, rasgos ambos que no eran sencillos de encontrar en los pueblos que los europeos iban encontrando a su paso en sus expediciones de conquista por todo el mundo. También presenta como rasgo el de que se trataba de una literatura clasista. Algunas de las obras más relevantes de la literatura maya son el “Popol Vuh”, que cuenta la creación del universo maya a través de la historia de dos hermanos gemelos que luchan contra los señores del inframundo, y el “Chilam Balam”, que consta de nueve volúmenes centrados en temática mitológica, histórica y profética.

Literatura inca, oralidad, figuras relevantes y vínculo con la música

La inca fue una civilización, o más bien un imperio, que extendió su dominio desde el siglo XIII al siglo XVI que ocupó territorios de las actuales Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y el norte de Argentina. Como en el caso de la civilización maya, eran diversas las disciplinas en las que los incas destacaban, aunque puede decirse que tal vez en lo artístico y lo cultural habían conseguido un desarrollo menor al que obtuvieron en los ámbitos administrativo, económico o técnico.

A diferencia de lo que ocurría con la maya, la literatura inca no se conservó por escrito (el único sistema de “escritura” que conocían era una especie de lenguaje de comunicación mediante hilos de distintos colores que se anudaban de diferentes formas para transmitir diferentes ideas o mensajes), de lo que se deriva una primera diferencia entre ambas literaturas, que es el hecho de que de la literatura inca se ha conseguido saber considerablemente menos que de la maya. Otra diferencia radicaba en el anonimato que es característico de las obras incas, a diferencia de lo ya comentado en el caso maya (sí eran reconocidas, en cambio, entre los incas, las figuras de quienes contaban e interpretaban las obras literarias, los haravicus –más orientados a la poesía- y los amautas –más propios de comedias y tragedias-). De la literatura inca se sabe que existieron tanto una literatura cortesana como otra popular (la primera tenía carácter oficial y la segunda no), generándose en ambas una buena variedad de formas literarias, como poemas, plegarias, himnos, canciones e incluso obras de teatro. En lo que concierne a los temas, estos sí presentaban más similitudes entre ambas literaturas, tratando las dos de aspectos de la naturaleza, de la cotidianeidad –por ejemplo, la actividad agraria- o religiosos. Por último, un rasgo propio de la literatura inca que la dotaba de una marcada personalidad era la vinculación que existía entre la literatura, la música y la danza, dándose la situación de que las composiciones poéticas eran por lo general acompañadas de música y de bailes.

 



Comparte el artículo en las redes sociales