Judíos y armenios, dos literaturas en la diáspora


Principales diásporas e implicaciones en la literatura

Hay diversos pueblos que se han visto obligados a vivir en la diáspora, esto es, en dispersión por diversos y distantes lugares, casi siempre como consecuencia del hecho de que han sido expulsados de sus lugares de origen. Aunque la diáspora judía es la más conocida –y la que ha originado la creación del término-, no ha sido la única a lo largo de la historia de la humanidad, ya que también se habla de las diásporas de pueblos como el chino, el –entendido en sentido amplio- africano, turco, venezolano, armenio, cubano, griego o español, entre otros. Merece la pena destacar que, salvo en el caso judío, la mayoría de las diásporas han tenido lugar exclusivamente en el siglo XX. Con esa situación de partida, el interés de este artículo es tratar de averiguar si es posible que se dé una literatura con cierto grado de identidad o de personalidad en esas circunstancias, habida cuenta de las dificultades de comunicarse, adoptar pautas y patrones comunes, y en definitiva, desarrollar una corriente común con el problema de la distancia.

El artículo tomará a modo de ejemplo dos casos, los de judíos y armenios, por considerarlos significativos y buenos representantes de lo que se quiere transmitir. Estos dos pueblos han, sin duda, de buscar las causas de sus respectivas expulsiones de su lugar de origen y consiguientes diásporas en el hecho de que han sido tradicionalmente menospreciados e incluso –al menos por épocas- perseguidos debido a su dedicación a los negocios, a su afán de lucro y a su gusto por la acumulación de dinero y otras riquezas.

Judíos, cantidad y variedad en ciertos focos determinados

La diáspora judía se refiere a la dispersión de los judíos (considerados hijos de Israel) por todo el mundo (aunque en mayor medida por Europa, Norteamérica y el norte de África), en un fenómeno que comenzó en el siglo VIII a.C. y que ha tenido tales dimensiones que es una certeza que la mayoría de los judíos han vivido en la diáspora durante la mayor parte de la historia. Fueron expulsados de su lugar de origen en más de una ocasión, por babilonios y romanos. En la actualidad, se estima que algo más de 6 millones de judíos, de los casi 15 millones que existen, viven en Israel, e Israel ni siquiera es el estado en el que viven más judíos, pues es Estados Unidos.

La literatura judía de la diáspora se ha concentrado históricamente en algunos focos concretos, entre los que destaca España, en lo que se ha dado en llamar literatura hispanohebrea, con una riqueza tal que permite hablar de amplia variedad de géneros (con poesía, y prosa, con temas tan amplios como el filosófico o el histórico) y de decenas de autores, que por lo general producían su obra bajo mecenazgo. Ya con un volumen y un grado de cohesión menor, también se desarrolló literatura hebrea en Italia (con presencia de la poesía, e incluso con patrones métricos propios), en Alemania o en Holanda.

Armenios, poesía y adaptación a la cultura de acogida

La diáspora armenia es, como ya se señalaba al principio del artículo, un fenómeno de menor duración y alcance que el que ha afectado a los judíos. Aunque la parte más conocida es la ocurrida en el siglo XX con motivo del genocidio de los turcos sobre ellos, el fenómeno tiene orígenes y precedentes más profundos y distantes en el tiempo, puesto que ya habían sido expulsados de Cilicia por los mamelucos en el siglo XIV. Menos de tres millones de armenios viven en Armenia, de un total de unos veinticinco millones que viven en el mundo.

La literatura armenia de la diáspora se desarrolló en lugares tan distantes, en todos los sentidos, como la Unión Soviética, Estados Unidos, Francia o el Líbano, y sí que se puede hablar de una corriente común tanto por la temática, con gran presencia de cuestiones como la identidad o el destino de su propio pueblo, como por género, con omnipresencia de la poesía, y por estilo, con considerable adaptación a las culturas por lo general occidentales que les acogían.

 



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