La literatura de los estados más pequeños de Europa


Culturas y literaturas a la sombra de las de países vecinos más grandes

Europa es, sin ningún género de dudas, el continente en el que por lo general los países tienen una menor extensión, lo cual se debe, por un lado, al menor territorio total con el que el continente cuenta en relación a los de Asia, África y América, y por otro lado a la mayor fragmentación de pueblos, naciones y estados que se ha producido como fruto de los procesos históricos que en él se han dado. Así, en Europa, excepción hecha de Rusia –cuya mayor parte del territorio pertenece en realidad al continente asiático- no existe ningún gigante territorial y demográfico como los que constituyen, en otros continentes, países como Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argelia, China, India o Australia, por solo mencionar algunos. Pero más allá de ese rasgo general del continente, hay una serie de países de tamaño minúsculo que, de hecho, son frecuentemente conocidos con el nombre de microestados, entre los que se encuentran Luxembugo, Liechtenstein, San Marino, Andorra, Mónaco o el Vaticano, entre otros. Un elemento en común de todos ellos, más allá del pequeño tamaño, es el de haber estado históricamente a la sombra de la influencia cultural que uno o varios países vecinos grandes y relevantes desde el punto de vista cultural han ejercido sobre ellos (es el caso de Países Bajos y Bélgica en el caso de Luxemburgo, de Alemania y Suiza en el caso de Liechtenstein, de Italia para San Marino y de España y Francia en el caso de Andorra, etc).

Como la literatura de esos países no ha recibido, con frecuencia, una gran atención, en este artículo se repasarán algunos rasgos y autores que se consideran interesantes del panorama literario actual de varios de algunos de esos países, como Luxemburgo, Liechtenstein o San Marino.

Luxembugo, literatura formada en el siglo XIX y varios nombres relevantes en el XX

Hasta el siglo XIX la literatura luxemburguesa no comenzó a desarrollarse, ya que lo hizo de la mano de la conciencia de una identidad nacional que no se formó sino hasta ese momento (de época anterior solo es conocida la obra literaria del Codex Mariendalensis, un manuscrito de principios del siglo XIV que cuenta la vida de la religiosa Yolanda de Vianden).

Si en el siglo XIX destacaron autores como Antoine Meyer (autor del primer libro en luxemburgués, una colección de poemas), Edmond de la Fontaine (más conocido por el pseudónimo Dicks, autor de la primera obra teatral del país, de varios poemas y de obras en prosa), Michel Lentz (poeta que contribuyó mucho a la promoción del idioma luxemburgués y compuso el himno nacional) y Michel Rodange (que escribió la epopeya nacional), en el siglo XX iban a tomar el relevo Batty Weber (que se prodigó en varios géneros y también promovió la cultura del país), Nikolaus Welter (que escribió obras de teatro y es considerado el primer historiador literario del país), Anise Koltz (que escribió cuentos de hadas y poemas que han sido ampliamente publicados e incluso traducidos) o Jean Portante (un exitoso novelista que ha triunfado incluso en el resto del mundo francófono).

Liechtenstein, aparición tardía de la literatura, varios figuras literarias y vínculos con un conocido escritor austriaco

En el caso de Liechtenstein, el desarrollo de la literatura nacional es incluso más tardío, no siendo hasta el siglo XX cuando los primeros escritores iban a comenzar a escribir obras con recurrencia y a conformar un panorama literario nacional.

Los nombres más destacados que se pueden mencionar son los de Sieglinde Gstohl (que ha escrito sobre todo ensayos acerca del continente europeo y sobre los estados pequeños), Iren Nigg (autora sobre todo de relatos cortos que ha ganado premios a nivel europeo), Armin Ohri (novelista especializado en novela negra que también ha ganado premios continentales) y Hans-Jorg Rheinberger (autor que, no obstante su clara vocación científica, ha escrito también ensayos y poemas). Además de la presencia de estos autores, merece la pena destacar que el conocido explorador y escritor austriaco Heinrich Harrer (autor, por ejemplo, de la conocida obra “Siete años en el Tïbet) pasó un tiempo considerable el Liechtenstein e incluso se dice que gran parte de esa obra la escribió en este pequeño país germanófono.

San Marino, aportaciones a la literatura desde otras disciplinas

Por su parte, San Marino, al igual que Luxemburgo, ya iba a contar con cierto desarrollo de la literatura nacional en el siglo XIX, aunque iban a aparecer más figuras literarias en el XX (la mayoría de ellas dedicaban sus principales esfuerzos a otros ámbitos, aunque dejaron aportaciones a la literatura).

En el siglo XIX sobresalió Marino Fattori, que no obstante sus dedicaciones principales a los ámbitos veterinario y político, dejó una valiosa obra sobre recuerdos históricos de la República de San Marino. Entre los autores más destacados del siglo XX se puede mencionar a Milena Ercolani (poeta y novelista de amplia obra, que ha ganado diversos premios y que se muestra muy activa en la vida cultural sanmarinesa), a Giovanni Battista Belluzzi (arquitecto e ingeniero que escribió un tratado sobre arquitectura militar), Pietro Franciosi (que dejó ensayos históricos y geográficos) y a Pio Chiaruzzi (que se ha dedicado también en gran parte a la política, siendo de esa índole la mayoría de los libros, textos y escritos que ha escrito)



Comparte el artículo en las redes sociales