La literatura en los países más pequeños de la Lusofonía


Un conjunto de países y regiones con una lengua común

La Lusofonía es el conjunto de países que tienen como lengua oficial el portugués. De algunos de ellos, como Brasil, Angola o Mozambique ya hay una entrada específica en la sección de artículos de país de esta web, pero hay otra serie de ellos que tienen menor tamaño y relevancia en el tablero político-económico mundial pero que no por ello dejan de aportar su grano de arena para contribuir a la generación de literatura escrita en lengua portuguesa. Estos países son Cabo Verde, Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe –los tres en África- y Timor Oriental, en Asia. Merece la pena destacar que el portugués también es lengua oficial –aunque en este caso acompañada por el español y el francés- en Guinea Ecuatorial y en algunas regiones que pertenecen a países que también cuentan con más idiomas oficiales, además con mayor relevancia que el portugués dentro de las fronteras (es el caso de Macao en China). Finalmente, sin carácter de oficialidad, la lengua portuguesa es hablada en enclaves en los que la presencia lusa ha sido relevante a lo largo de la historia, como sucede en las regiones de Goa, de Dadra y Nágar Haveli y de Damán y Diu en India y de Malaca en Malasia.

En esta entrada se expondrán unas breves notas sobre la literatura en algunos de esos países y territorios, para ver cómo contribuyen aunque sea en una pequeña medida a la conformación de las letras lusas a nivel global.

Cabo Verde, revistas de intelectuales y varios nombres relevantes

La literatura caboverdiana, un producto de la fusión de la tradición africana y de la influencia de la presencia portuguesa, comenzó a configurarse allá por finales de la década de los cuarenta del siglo XX, cuando el movimiento literario conocido como Claridade se formó a partir del nombre de la revista para la que escribían la mayoría de los escritores e intelectuales del momento. Esa corriente intentó protestar contra el colonialismo, y dentro de ella destacaron autores como Baltasar Lopes da Silva (autor de “Chinquinho”, la considerada primera novela de Cabo Verde) y Manuel Lopes (novelista, poeta y ensayista también considerado padre de la literatura moderna del país).

Años después, la revista Certeza iba a tomar el testigo del protagonismo en la intelectualidad y en las letras caboverdianas, e iban a aparecer las figuras literarias de Félix Monteiro (gran estudioso de la cultura del país), del poeta Antonio França y de Germano Almeida (escritor que se ha dado conocer por la crítica social que lleva a cabo). En 2009, el caboverdiano Armenio Vieira se proclamó ganador del Premio Camões, el más prestigioso en lengua portuguesa.

Guinea Bissau, despertar tardío y predominio de la poesía

Guinea Bissau es la colonia portuguesa en la que más tardó en desarrollarse una literatura propia, lo que se debió a factores varios como el hecho de que se tratase de un territorio más de explotación que de poblamiento, a la dependencia que tenía de Cabo Verde o a la poca importancia concedida a la cultura en general y a la literatura en particular. Amilcar Cabral puede ser considerado el primer escritor de relevancia del país (fue autor de una poesía de combate, muy inmersa en la realidad del momento), aunque junto a él pronto destacarían otros nombres como los de los también poetas Vasco Cabral (que, en cambio, abordó diversos temas) y Antonio Batica Ferreira.

Con la independencia obtenida en los años setenta, surge una nueva oleada de escritores, también principalmente poetas, aunque ya con una orientación más social, entre los que destacaron Agnelo Regalla, Helder Proença y Francisco Conduto de Pina, mientras que en los años noventa iban a aparecer figuras como las de Odete Semedo (que ha escrito principalmente poesía y ha investigado sobre la cultura y las tradiciones del país), de Tony Tcheka (periodista y poeta que ha promovido las asociaciones de escritores del país) y Domingas Sami (que inauguró la prosa con una recopilación de cuentos).

Santo Tomé y Príncipe, desarrollo temprano y variedad de géneros

La literatura santomense, anterior a las de Cabo Verde y Guinea Bissau, hunde sus raíces en la tradición periodística que se desarrolló en la segunda parte del siglo XIX, a la que siguió una temprana actividad poética a cargo de nombres como los de Marcelo da Veiga (con toques románticos y simbolistas, aunque también preocupado por la reivindicación social) y Caetano da Costa Alegre, aunque la verdadera autonomía literaria llega con Francisco José Tenreiro, también poeta que se orientó al neorrealismo y al movimiento de la negritud.

La independencia de los años 70 dio continuidad al protagonismo de la poesía, con aportación destacada de Aíto Bonfim (que, en cualquier caso, también trabajó textos teatrales) y de Fernando de Macedo, antes de que a finales de siglo sobresaliesen los novelistas Frederico Gustavo dos Anjos y Sacramento Neto, el cuentista Albertino Bragança, la poeta Conceiçao Lima y Olinda Beja, que se ha prodigado en novela, poesía y cuento.

Timor Oriental, diversidad de influencias e interés por la propia cultura

En el caso de Timor Oriental, un estado cuyo territorio está formado por la parte este de la isla Timor (la parte occidental pertenece a Indonesia), la geografía y la historia han provocado un desarrollo literario diferente, ya que las influencias que han aportado su grano de arena para la conformación de una identidad literaria han sido diversas y diferentes (se mezclan los elementos portugueses, malayos, austronesios y papúes) y el país debió obtener su independencia de Indonesia en 2002 después de haberlo hecho de Portugal en 1975.

El escritor de mayor renombre del país es Xanana Gusmao, que además es líder de una organización de resistencia y primer ministro (ha escrito libros sobre la cultura del pueblo de Timor, así como poesías). Junto a él ha destacado Fernando Sylvan, poeta, novelista y ensayista que también se ha volcado en las tradiciones y leyendas de su país.

 



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