Los grandes imperios germánicos de la historia y su literatura


A través de los siglos con sucesión de varios imperios

Antes de que Alemania se constituyese como el estado que es hoy en día, en el territorio que le pertenece se sucedieron distintas etapas históricas, en función del centro de poder que ejerció el dominio y el control. Tras la caída del Imperio Romano (durante el cual el hoy territorio alemán constituía la provincia de Germania), y después del período de decadencia política y cultural durante el que poblaron el territorio europeo los conocidos como pueblos bárbaros (godos, francos, suevos, sajones, etc), tomaron el testigo del dominio del continente otros dos imperios que se pueden considerar herederos del romano: el Imperio Carolingio en Europa Occidental, con capital en la ciudad alemana de Aquisgrán, y el Imperio Bizantino en Europa Oriental y Oriente Próximo, con centro de poder en la antigua Constantinopla, actual Estambul.

El dominio del Imperio Carolingio se dio en los siglos VIII y IX, y poco más de un siglo después, a finales del X, se configuraba una nueva fuerza política conocida como Sacro Imperio Romano Germánico que existiría hasta el siglo XIX. Y sin llegar a ser un imperio, aunque sí un estado, también tuvo su papel de germen de la actual Alemania el estado de Prusia, que tuvo vigencia entre los siglos XV y XX. A la literatura de esos imperios y estados que precedieron a la actual nación alemana, es a lo que está dedicada esta nueva entrada de la web.

Imperio Carolingio, influencia romana y cristiana y cantares de gesta

Aunque el imperio tuvo en realidad un origen franco (lo cual podría ofrecer la tentación de considerarlo un germen del estado francés, y no del alemán), la capital estaba en la ciudad alemana de Aquisgrán y el imperio terminó virando claramente hacia el hoy territorio alemán -e incluso continuó extendiéndose desde allí-, más allá del hecho de que Carlomagno (el fundador del imperio) era el prototipo de guerrero germánico por sus características físicas y de que los rasgos del imperio también eran genuinamente germánicos.

En lo que se refiere a la literatura, merece la pena destacar que lo que se vivió bajo el Imperio Carolingio fue un auténtico renacimiento (posterior al período de decadencia que habían supuesto los siglos posteriores a la caída del Imperio Romano) gracias al cual el imperio consiguió ser el motor cultural de Europa. Obviamente, estamos hablando de una literatura de un período muy temprano de la historia europea (la Alta Edad Media), y como tal hay que entenderla, ya que la producción literaria no era grande, pero se trató de una literatura que trató de reconstruir lo que se había perdido a nivel social e institucional y de fomentar la racionalidad romana en la visión de la vida y de la historia (la literatura se producía, de hecho, en latín), todo ello con una marcada influencia de las ideas del cristianismo. Tal vez el tipo de obra que más preponderó fue el cantar de gesta, una suerte de epopeya épica en la que se narraban las hazañas de un héroe para beneficio de un pueblo, y en cuanto a los nombres, destacaron Einhard (el biógrafo de Carlomagno) y Hroswitha de Gandersheim (que siguió el modelo del autor de la Antigua Roma Terencio). Por último, merece la pena destacar que es en ese período en el que nace la conocida como minúscula carolingia, un tipo de escritura que se caracterizó por ser más fácilmente reconocible que la que había hasta ese momento.

Sacro Imperio Romano Germánico, sucesión de géneros y liderazgo europeo

En los siglos en los que estuvo en vigor la que puede ser considerada la segunda parte de dominio germano en Europa, se siguieron controlando los territorios de las actuales Alemania e Italia (además de una parte de Flandes y de algunas monarquías de Europa Oriental en ciertos períodos), aunque ya viendo cómo unos pujantes estados nacionales en Francia, Inglaterra, Castilla o Aragón se configuraban como lo que podía considerarse estados modernos.

En literatura, se fueron sucediendo una serie de etapas marcadas por la preponderancia de diferentes géneros literarios, pudiendo exponerse el predominio de la poesía lírica en el siglo XII (destacan la lírica amorosa, o los poemas Carmina Burana -unos poemas anónimos encontrados en una abadía de Baviera), de la literatura mística en el siglo XV o de la lírica barroca en el siglo XVII. Tal y como había sucedido en la época carolingia, el territorio alemán siguió siendo el motor europeo y eran los autores alemanes quienes solían situarse a la cabeza de los géneros y de los movimientos, y de hecho, en los siglos finales del imperio aparecieron nombres de gran relevancia en la historia de las letras europeas, como Goethe o Schiller (en cualquier caso, ya de alguna manera esos autores renombrados comenzaron a salir de esa “literatura de géneros” que había existido previamente, ya que se prodigaron en varios de ellos). Y también es cierto que Italia o Francia asumieron ese liderazgo cultural en algunas fases de la vigencia del imperio. Por lo demás, merece la pena destacar que ya las lenguas germánicas fueron sustituyendo al latín como lengua principal en la que la literatura se producía.

El estado de Prusia, grandes figuras dedicadas a distintos ámbitos culturales

Prusia (Borussia en latín) fue un estado que convivió con el Sacro Imperio Romano Germánico y que tuvo como territorios partes de las actuales Alemania y Polonia que se asoman al Mar Báltico. Tuvo como origen el asentamiento en la zona en la que se asentaba la tribu de los prusios de la orden militar y religiosa conocida como Orden Teutónica. Mientras existió, fue un importante polo político y cultural dentro del contexto de Europa.

En lo que concierne a lo literario, se puede decir que de nuevo el carácter que la literatura prusa tuvo viene marcado por la época en la que se da, ya en un momento más avanzado de la historia europea. Es por ello que podemos ver una literatura más cercana a lo que podemos conocer actualmente, con autores que, como Goethe o Schiller, lideraron algunas parcelas culturales y tuvieron notable relevancia a nivel europeo y mundial; es el caso del inigualable filósofo Immanuel Kant, de ese intelectual, sociólogo o economista además de también filósofo que fue Karl Marx, o del geógrafo y teólogo Anton Friedrich Büsching (otras figuras de las letras prusas destacaron en campos como la ciencia militar, la zoología o la botánica que compaginaban con la labor como escritores). Se trata, por tanto, de un período en el que aparecieron autores que, dado el nivel cultural que Prusia tenía, se situaron en la vanguardia europea y de alguna forma dieron continuidad a esa figura nacida con el Renacimiento de hombre dedicado con éxito a distintas parcelas o tipos de saberes. En cualquier caso, y como esta es una página orientada a la literatura, más allá de esa presencia de ciertas figuras en varios ámbitos, y refiriéndonos a lo exclusivamente literario, merece la pena destacar la aportación de los dramaturgos Friedrich Wilhelm Adami y Julius Bacher o del poeta Adelbert von Chamisso.

 

 



Comparte el artículo en las redes sociales