Los peul, literatura de un pueblo nómada presente en varios países africanos


Diversas formas de trasladar el patrimonio cultural y literario

En algunas entradas previas de esta sección de la web, hemos evaluado algunos movimientos y corrientes literarias que se encuentran presentes en distintos países del mundo, o incluso en varios continentes, debido a motivos variados entre los que se encuentran las migraciones o los procesos colonialistas, que son fenómenos capaces de trasladar prácticas culturales de unos lugares a otros. Pero otro proceso -casi podríamos decir hábito- humano capaz de difundir ideas y corrientes culturales es, sin duda, el nomadismo, a través del cual las comunidades que lo practican también consiguen difundir sus literaturas, consiguiendo que estas se conviertan en un fenómeno itinerante. En el remoto pasado, todas las comunidades humanas practicaban el nomadismo, y en la actualidad, aunque la gran mayoría de la población del planeta ha pasado a ser sedentaria, aún existen grupos humanos que hacen del nomadismo su forma de vida (a pesar de haber adoptado, como es inevitable, al menos parcialmente algunos aspectos de la vida moderna). Un ejemplo es el de los peul o fulani en África.

El pueblo nómada más grande del mundo

Los peul, también conocidos como fulani, fulas o fulbes, son un pueblo nómada que tiene su área de influencia en el África Occidental y cuya población, a pesar de las dificultades para establecer un cálculo, se estima en varias decenas de millones de personas. Están presentes principalmente en Mali, Guinea, Burkina Faso, Senegal, Guinea Bisáu, Benín, Nigeria, Níger y Camerún, aunque en menor medida también hay grupos en otros países de la región como Mauritania, Gambia, Sierra Leona, Ghana, Costa de Marfil, Togo, Chad, República Centroafricana, Sudán y Cabo Verde, es decir, en total casi una veintena de países. Como no podía ser de otra forma, en sus movimientos a lo largo de toda la región han llevado consigo los mitos, leyendas e historias que componen una literatura oral que llevan practicando siglos.

Existen distintas teorías acerca de su origen (algunas incluso establecen que podrían provenir de fuera de África), pero no parece caber duda de que, en cualquier caso, son fruto de un proceso de mestizaje que les ha llevado a ser mezcla de varias razas. Los primeros testimonios sobre ellos se remontan al siglo IX, y desde ese momento, habrían tenido distintas interacciones con los pueblos con los que han compartido el espacio de África Occidental. A lo largo de su historia, los peul se han mostrado como unos feroces guerreros, y en la actualidad la práctica totalidad de ellos tiene el Islam como religión principal.

Literatura oral peul, transmisión de conocimiento y de una forma de concebir el mundo

Como ya se adelantaba en el artículo dedicado a la literatura de Camerún (en el que se hablaba de los peul como una de las etnias representativas del país), su literatura oral presenta unos rasgos generales consistentes en tener como temas principales algunas de las cuestiones que están presentes en su vida cotidiana (como las migraciones o el ganado), el de con frecuencia tener como protagonistas a animales, y el de la presencia de una moraleja que pretendía dejar una enseñanza mediante la exposición de lo que se consideraba que eran el bien y el mal y la transmisión de valores como la sabiduría o la justicia.

Pero más allá de esos rasgos generales, si se trata de profundizar en mayor medida, pueden observarse otras características adicionales como la de pretender transmitir conocimiento tanto terrenal como espiritual, la de tener como objetivo supremo la iniciación de las personas que acceden a los mitos y a las historias, la de presentar distintas versiones -adaptadas o abreviadas- idóneas para las distintas edades que el público puede tener (se distingue entre las etapas de aprendizaje, de práctica y de enseñanza, con una duración de 21 años cada una), la de tener como temas relevantes -además de los mencionados de la vida cotidiana- los de la creación o las distintas castas que existen en su modo de concebir el mundo (tradicionalmente se han dividido en nobles, comerciantes, artesanos y esclavos), la de ser casi siempre reproducidas por los silatigi (una figura similar a la del griot, a camino entre curandero y profesor) y la de tener como frecuentes protagonistas -además de a los animales- a la diversidad de dioses que componen el panteón en el que creen, un total de veintiocho (algunos de los más relevantes son Gueno, el dios creador, o Kaidara, el dios de la sabiduría).

Una de las historias más famosas es la conocida como “Koumen”, que es la que precisamente cuenta el origen de la tradición oral de la comunidad; según ese mito, el dios Gueno donó la palabra a un primer hombre que se encargó de transmitir ese conocimiento a su descendencia, comenzando así una gran cadena de transmisión gracias a la cual el hombre fue proclamado guardián del Universo. Pero junto a esa historia, existen muchas otras que presentan mundos idílicos en los que no existen la pobreza ni la enfermedad, que tratan sobre viajes en los que los miembros del grupo muestran virtudes como la solidaridad o la amabilidad, o que exponen las cualidades que debe atesorar un príncipe.

 



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