Minorías étnicas del Lejano Oriente y sus literaturas


Dos gigantes culturales, y dos etnias dominantes

China y Japón son, sin duda, los dos países del Lejano Oriente que en mayor medida han conseguido proyectar al resto del mundo su identidad cultural, configurándose como dos países de larga trayectoria, de arraigadas costumbres y tradiciones y de relevante personalidad y dominio sobre el resto de estados de la región. Pero, lo que proyectan hacia el exterior y lo que hasta este llega, ¿es todo lo que hay en sus territorios en lo que a cultura se refiere? No exactamente… En ambos países tuvo lugar un similar proceso de aculturación y homogeneización por parte de las que, desde cierto momento, comenzaron a ser las etnias dominantes en uno y otro país. Estas etnias no son otras que la del pueblo han en China (constituyen el 92% de la población del país) y por el pueblo yamato en Japón (con parecida proporción de en torno al 90% del total de la población).

En ambos países, sin embargo, existen una serie de minorías étnicas que cuentan con sus propias culturas y tradiciones. En el caso de China, se reconocen 55 minorías étnicas (la zhuang, la hui  o la manchú son algunas de las más relevantes), e incluso hay una serie de pueblos que no son reconocidos oficialmente. En Japón, por su parte, la variedad es algo menor, lo que no impide que minorías como la barakumin, la okinawense o la ainu hayan luchado por mantener su identidad. En este artículo se intentará hacer una aproximación a la literatura de una etnia minoritaria de cada uno de los dos países: la hui en China y la ainu en Japón.

Literatura hui, textos religiosos que enlazan Islam y Confucianismo y presencia en la literatura china actual

La comunidad hui representa en torno al 10% del total de la población que pertenece a minorías étnicas en China, dato que les lleva a tener un reconocimiento por parte del gobierno en la actualidad mucho mayor al de otros pueblos minoritarios, si bien a lo largo de la historia han estado en diversas situaciones y se han visto envueltos en no pocos problemas. Se concentran principalmente en las regiones de China del Noroeste y de la Llanura Central, y se adhieren a la fe islámica. Aunque han adoptado buena parte de las costumbres de la mayoría han, conservan una fuerte personalidad en sus hábitos, en su vestimenta –les caracteriza un pequeño tocado blanco- o en su alimentación –no comen cerdo-, entre otros aspectos.

En lo que concierne a su literatura, como primer hito merece la pena destacar la aparición del “Han Kitab”, una colección de textos islámicos y confucianistas escrita en el siglo XVIII –en época de la dinastía Qing- que pretendía establecer vínculos entre ambas religiones (aunque fue escrita por varios autores, merece la pena destacar el nombre de Liu Zhi). A principio del siglo XX, algunos intelectuales hui también hicieron algunos trabajos literarios antes de que algunos militares también pertenecientes a la etnia como Ma Fuxiang o Ma Te-hsin se preocupasen de seguir recopilando, editando y reimprimiendo textos, siempre en esa idea de combinar los del Islam y los del Confucianismo (muchos de ellos tomaban elementos, o estaban traducidos, del árabe). En la actualidad, hay algunos escritores hui que forman parte del panorama literario chino, y entre ellos merece la pena resaltar a Haiche Guo, que ha publicado varias obras pertenecientes a distintos géneros.

Los ainu, tradición oral y literatura de resistencia

Los ainu, con una representatividad demográfica testimonial e incluso decreciente en Japón (se estima que en la actualidad apenas hay unas 15.000 personas con ascendencia ainu), se asientan en el norte de la isla de Honshu –la más grande de Japón-, en la de Hokkaido, y en las islas Kuriles, pertenecientes a Rusia aunque reclamadas por Japón. Se trata del pueblo que originariamente habitaba en las islas japonesas (fueron arrinconados en las zonas del norte del país por el avance del pueblo yamato), y han conservado hasta época reciente sus creencias, de índole animista, sus viviendas tradicionales y algunas de sus costumbres –como la de los hombres luzcan largas barbas y bigotes-.

Con respecto a su literatura, merece la pena indicar que se trata fundamentalmente de una tradición oral, compuesta por cuentos, leyendas y fábulas que tratan sobre la vida cotidiana y han sido transmitidas de generación en generación. La mayoría de las historias que se han transmitido han sido protagonizadas por hombres o por dioses con aspecto de héroes humanos, y se caracterizaban por transmitir moralejas que con frecuencia iban insertadas en frases en mitad del texto. Se trata de una literatura de tipo recitativo que solía ser reproducida por narradores que podían estar toda la noche transmitiéndolas mientras avivaban la hoguera en torno a la cual el grupo se reunía. En época más reciente las mujeres de etnia ainu han desarrollado una literatura de resistencia con la que pretenden defender sus derechos como mujeres y las tradiciones de su pueblo que ha sido objeto de estudio por parte de investigadores extranjeros.

 



Comparte el artículo en las redes sociales