La literatura de los pueblos europeos en vías de extinción


Un continente con menor diversidad étnica que el resto

Europa es el continente que presenta un menor grado de diversidad étnica, pero eso no es impedimento para que en su territorio tengan presencia un buen puñado de minorías étnicas, que sin duda enriquecen y hacen más atractivo el panorama étnico y cultural europeo. Dejando de lado los pequeños porcentajes que suponen los ciudadanos de un país europeo en otro país del mismo continente –es decir, los serbios que viven en Austria o los españoles que viven en el Reino Unido, por solo mencionar dos ejemplos-, que no suponen minorías étnicas en Europa considerada en su conjunto, existen pueblos cuyo número y representatividad son muy bajos tanto en el  país del que son originarios como en el global del continente. Son las que se conocen como minorías nativas, y algunas de ellas son los sorabos, los gottscheer o los frisones de Alemania, los occitanos de Francia, los arberesche de Italia, los sefardíes de Bosnia o los arumanos de Albania o Macedonia (mención aparte merecen los pueblos de origen extraeuropeo, como los tártaros –de origen asiático- que viven en los países bálticos, o aquellos pueblos que, a pesar de ser minoría, tienen una presencia importante en su país, como por ejemplo los valones de Bélgica, que siendo menos que la población flamenca, representan un nada desdeñable 24% de la población del país).

Entre las minorías nativas, sin embargo, tal vez merecen especial consideración aquellas que, por su número y evolución, tienen un serio peligro de extinguirse como pueblo y como comunidad. En el excelente libro “Europeos en extinción”, del austriaco Karl-Markus Gauss, se habla, considerándolos en esa situación, a los sefardíes, los sorabos, los gottschee, los arberesche y los arumanos, y en este artículo se explorarán, a modo de ejemplos representativos, las literaturas de sorabos y arberesche.

Literatura soraba, de lo religioso a la variedad de géneros

Los sorabos o sorbios son un pueblo eslavo reconocido como minoría nacional en Alemania, concentrándose principalmente en los estados federados de Sajonia y Brandeburgo. Fue en el año 1500 cuando apareció el primer texto escrito en sorabo, y se trató de un catecismo elaborado por un obispo. Se tiene constancia de la presencia de muestras poéticas sorabas creadas por estudiantes pocos años después, aunque habría que esperar hasta 1574 para que se escribiese el primer libro en sorabo –fue un calendario eclesiástico-.

Sin embargo, a finales del siglo XVII se ordenó la destrucción de todos los textos en sorabo, no recuperándose la actividad literaria hasta el siglo siguiente, aunque sería en el XIX cuando harían acto de presencia los principales autores y obras, como la compilación de poemas populares elaborada por Jan Arnost Smoler, o la producción teatral de Jakub Nowak Horjanski (también destacaron las traducciones periódicos y revistas en sorabo). En el siglo XX han destacado figuras como Josef Nowak, Jakub Lorenc Zaleski, Miklaws Hajna o Mercen-Nowak Njechowski, en lo que sigue constituyendo una batalla por la diferenciación y por evitar la pérdida de una identidad.

Literatura arberesche, altibajos y relevancia de la poesía

Los arberesche son una comunidad italo-albanesa que desciende de forma directa de los albaneses que se instalaron en la Península Itálica durante los siglos XV y XVI, después de que los otomanos invadieran su territorio. Se considera a Luca di Matranga el iniciador de la tradición literaria arberesche, ya que son sus poemas religiosos de 1592 las primeras manifestaciones literarias que se conocen en el seno de la comunidad, aunque también es relevante la figura de Jul Variboba.

Es en el siglo XIX cuando aparece lo que se considera la literatura arberesche moderna, especialmente de la mano de Girolamo De Rada, autor del poema “Los cantos de Milosao”, aunque alrededor de él también trabajaron por la conservación de su literatura popular y por reforzar el vínculo con Albania nombres como Vincenzo Dorsa, Giuseppe Serembe, Angelo Basile o Gabriele Dara. No pudieron, sin embargo, evitar la decadencia en la primera mitad del siglo XX, aunque habría un resurgimiento en los años 60, de la mano de Giuseppe Schiró Di Maggio, Giuseppe Schiró Di Modica, Antonino Guzzetta, Giuseppina Demetra Schiró o Mario Bellizzi, entre otras figuras.



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