Vikingos y celtas, literaturas con gran influencia posterior en una amplia región


Un territorio diverso, y dos pueblos con una influencia relevante

Diversos y distintos pueblos poblaban el continente europeo allá por los comienzos de nuestra era, y aún fue así hasta bien entrada esta (siglo VI-siglo VII d.C.), si bien después toda Europa, aunque en especial su parte Occidental, ha sufrido un proceso de homogenización y asimilación que hace que hoy en día la diversidad étnica y cultural sea muy inferior a la de todos los restantes continentes. Celtas, íberos, galo-francos, pueblos anglosajones o vikingos fueron solo algunos de esos pueblos (algunos estudiosos consideran que no llegaron a ser civilizaciones, por el insuficiente grado de desarrollo político-cultural que alcanzaron), pero dos de ellos se elevaron por encima de los demás en lo que se refiere al impacto que tuvieron sus sistemas de creencias y tradiciones, pero sobre todo sus mitologías, en los pueblos que les iban a suceder en el territorio europeo occidental y en sus respectivas literaturas. Y esos dos pueblos son, sin duda, el de los celtas y el  de los vikingos. Porque los mitos y leyendas que componían sus respectivas literaturas orales, se extendieron por regiones contiguas y tuvieron continuidad en el tiempo.

Los celtas, cultura de héroes, bardos y druidas

Celtas es el nombre con el que se conoce a un conjunto de pueblos que tuvieron rasgos comunes –sobre todo en términos lingüísticos, aunque también culturales- y que vivieron en distintas partes de Europa, en concreto, en las islas de Irlanda y Gran Bretaña, en la Galia –actual Francia-, en Helvetia –actual Suiza-, en España e incluso en la Península Anatolia –actual Turquía- (esto no debe sorprender si se tiene en cuenta que una de las hipótesis del origen del pueblo celta establece que este está precisamente allí, en territorios cercanos al Mar Negro y al Mar Caspio).

Los mitos y leyendas celtas transmitían historias y creencias sobre una serie de deidades que jugaban un papel relevante en la vida de esos pueblos. Parece que hubo una deidad que recibía el nombre de Lugh y que fue venerada por el conjunto de los pueblos celtas, si bien después las notables diferencias regionales llevaron a la adoración de otra serie de deidades con un carácter más local. No menos importancia que esas deidades, tenían en las historias celtas los héroes, de entre los que los de Irlanda y Gales han llegado a ser más conocidos (Arturo, Chuchulainn o Gwyddion son solo algunos de ellos). Estos héroes eran los indiscutibles protagonistas de algunas de las epopeyas más populares de los pueblos celtas -que han seguido siendo transmitidas durante siglos hasta llegar a la actualidad- y han inspirado la creación de otro buen número de personajes literarios (también es claro que hay influencia celta en algunas de las primeras obras literarias de Francia y de Inglaterra, como “Lanval”, “Sir Gawain y el Caballero Verde” y “Perceval”. En la reproducción de las historias jugaban un papel especial los bardos, quienes además de contar los avatares de dioses y de héroes, transmitían genealogías e historias de las familias de los gobernantes, y de los druidas, quienes desde el principio monopolizaron la escritura.

Más allá de lo puramente literario, en la actualidad quedan numerosos vestigios de la cultura celta, pues son elementos con ese origen los que están muy presentes en el folclore de países o regiones como Irlanda o Gales. También origen celta tiene la moderna festividad de Halloween, basada en el rito celta conocido como Samhain.

Los vikingos, gestas, cuestiones mitológicas y recursos literarios

Los vikingos son el pueblo que, procedente de Escandinavia, consiguió gracias a su habilidad en la navegación y a su fiereza en el combate llegar e instalarse en un buen puñado de rincones del continente europeo, como las islas británicas, Sicilia, el Báltico y Rusia, y cuyos descendientes, los normandos, tuvieron también una relevante presencia en territorio hoy francés.

La literatura de los vikingos, que como en el caso de los celtas era transmitida por bardos, constaba de leyendas, cuentos y poemas que narraban gestas como conquistas y reinados, transmitían elementos de la cosmogonía que tenían como pueblo (que contaba con casi una decena de deidades principales, entre las masculinas y femeninas), y dejaban constancia de las tradiciones que ponían en práctica. Algunas de las composiciones, en especial los poemas, contaban con recursos literarios muy interesantes para tratarse de una época tan temprana y de una civilización tan tosca en otros aspectos, como es el caso de los kenningar (una figura retórica similar a la metáfora). A partir de cierto momento, la literatura vikinga comenzó a ser plasmada por escrito en las sagas, que eran mayoritariamente anónimas y han permitido conocer muchos aspectos de la vida de los vikingos. Las tradiciones literarias de estos pueblos han tenido una notable repercusión en la literatura de algunos países, siendo el mejor exponente Islandia, seguido de los países escandinavos, pero también llegando hasta los más lejanos países de Europa Occidental en los que también han tenido recorrido muchas de las historias vikingas.

Como también ocurría en el caso de los celtas, la influencia que los vikingos han tenido en los pueblos que les han sucedido trasciende de lo literario, y así, corrientes político-culturales tan trans-europeos como el Romanticismo o el Nazismo han bebido de fuentes ideológicas vikingas, y en la música contemporánea de los países escandinavos hay numerosas canciones inspiradas en la temática vikinga.



Comparte el artículo en las redes sociales